El inmueble okupado de la ronda de Nelle, el número 120, es objeto de inspecciones periódicas para comprobar su seguridad. Los resultados, aseguran fuentes municipales, son posteriormente comunicados a la propiedad, que ya ha recibido a lo largo de los años nueve notificaciones para que tomen medidas, la última de ellas a través del Boletín Oficial del Estado (BOE).
La presencia de la Policía Local o Nacional en el edificio, cuyas veinte viviendas están okupadas, suele alertar a los vecinos varias veces al mes. Quitando excepciones, como cuando se producen detenciones, lo que llevan a cabo allí son controles rutinarios.
A finales de octubre de 2023 se llevó a cabo una inspección técnica administrativa con técnicos de medio ambiente, servicios sociales, urbanismo y bomberos para comprobar la seguridad del edificio y evitar desprendimientos, entre otras situaciones peligrosas. El objetivo, mantenía el Ayuntamiento, era garantizar la seguridad de las personas.
La propiedad, a día de hoy, no responde a las notificaciones efectuadas. Esto ha llevado a los vecinos a mostrar un estado de pesimismo en cuanto a la situación que rodea el número 120 de la ronda de Nelle. “Hay que entender que cuando una propiedad no denuncia ni hace nada, al fin y al cabo es una propiedad privada y no pueden entrar las autoridades ni administraciones. Desde fuera se cree que el Ayuntamiento podría entrar y hacer algo, pero no. Es la pescadilla que se muerde la cola y la propiedad no tiene interés”, manifiesta la asociación de vecinos de la plaza del Comercio.
Fue hace una década cuando la situación empeoró en la zona. Los vecinos comenzaron a irse del edificio por la llegada de los primeros okupas, pero hace tres años encontraron el filón porque el inmueble se quedó vacío. Desde entonces no solo ha habido detenciones y desprendimientos a la vía pública, sino que los técnicos municipales vaciaron toneladas de basura del patio.