La ciudad está cada vez más vigilada por ojos electrónicos, que controlan los desplazamientos de los coruñeses. Son casi 200 cámaras las que se controlan a día de hoy desde la sala de pantallas, y pronto serán más de 400. Una de ellas ya funciona con Inteligencia Artificial, dispuesta en la plaza de Ourense, uno de los puntos neurálgicos del tráfico coruñés. El programa detecta, encuadra e identifica cada forma que se mueve: ‘car’, ‘person’, ‘truck’ aparecen en letreros. Todo se registra y va a parar a los bancos de datos municipales.
El Gobierno local presentó ayer su nueva sala de pantallas de la Policía Local, ahora rebautizado como Centro Integral de Mobilidade de A Coruña (CIMoB). La alcaldesa, Inés Rey, acompañada del concejal de Movilidad, Francisco Díaz Gallego, acudió a comprobar la mejora efectuada en las instalaciones gracias a los fondos europeos Next Generation, nada menos que seis millones de euros.
En total, a través de 88 paneles, se podrá informar a toda la ciudad. Sin embargo, el concejal de Movilidad reconoció que todavía no existe una fecha de finalización para la obra, puesto que en el contexto actual de crisis de suministros, el material llega de manera irregular. Díaz también anunció que se instalarán cámaras para controlar la zona de carga y descarga.
Toda esta inversión forma parte de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que va a implantar el Gobierno local con el objetivo de reducir el tráfico en el centro de la ciudad. “Lo más llamativo, el gran cambio, es la Inteligencia Artificial”, reconoció Díaz. Se está implementando 98 puntos de control con analítica de línea y ‘deep learning’. Antes solo se gestionaba el tráfico, pero ahora se mide a través del vídeo, gestionando todos los datos que se visualizan, incluso de los peatones.
El resultado es un mapa en tiempo real de la intensidad de tráfico y tiempos de recorrido por toda la ciudad. A esto hay que añadir 32 puntos ‘Bluetooth’ donde se captará la velocidad media y tiempos de recorrido de los vehículos que dispongan de este sistema de comunicación.
El objetivo, por supuesto, es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Guillermo Leira, el experto municipal en este campo, señaló que la movilidad no tiene sentido que se gestione de forma independiente de medio ambiente. “Es un salto cualitativo porque permite gestionar el foco y conocer el resultado, con los datos de estaciones de calidad del aire, con un modelo de alta resolución y buscar soluciones tanto en el mismo momento o a largo plazo.
Es decir, restricciones de tráfico de ser necesarias, aunque hay que añadir que la calidad del aire en A Coruña es buena, y que las partículas contaminantes rara vez alcanzan niveles preocupantes. También se ampliará la red de ruido a 20 puntos y se instalarán paneles de información por toda la ciudad, así como una nueva de calidad del aire en la plaza de Pontevedra.
Por supuesto, muchas de estas cámaras sancionan. Las nuevas tecnologías permiten controlar las nuevas zonas peatonales y la doble fila. Próximamente se va a controlar telemáticamente las zonas de carga y descarga, que era una demanda de los repartidores, para que no se excedan los tiempos y que nadie aparque por otro motivo. El primer control se instalará en Alfredo Vicenti.
En el futuro cercano, también se van a controlar las paradas de bus, para evitar que los buses tengan que detenerse en doble fila por culpa de algún vehículo infractor. El Ayuntamiento espera que las sanciones sirvan para disuadir a los conductores menos concienciados de estas conductas, aunque no siempre funciona: a pesar de las numerosas sanciones, las infracciones siguen a la orden del día. Por ejemplo, en La Marina, en la zona restringida, se emiten de 40 a 50 multas diarias.