La curiosidad “por contar la historia de un lugar, pero intentando no solo hacer la arqueología de ese sitio, sino un poco de todo un país, exagerando un poco”, llevó a José Ovejero a crear ‘Vibración’ (Galaxia Gutenberg). Ayer, pasó por A Coruña para presentarla ante sus lectores herculinos en un encuentro en la UNED con Javier Pintor y Xavier Seoane.
“Es un conjunto de historias con las que me voy encontrando en una serie de visitas a una zona determinada de España, de restos arqueológicos, de construcciones que me inquietan, como una central nuclear abandonada o un dolmen del tercer milenio antes de Cristo, prácticamente juntos”, apunta el propio autor. La idea de la vibración que da nombre a la novela, de esos ecos que recorren el libro, surgió sobre la marcha: “Poco a poco me di cuenta de que a medida que iba examinando el pasado, los ecos del pasado, había como una especie de vibración, algo que se repetía”. “Me di cuenta de que estaba hablando de ecos, de reverberaciones en la historia y en las relaciones humanas”, por lo que el título “reflejaba qué es lo que estaba haciendo”.
La estructura que tanto está llamando la atención también ha ido surgiendo sobre la marcha. “Escribo lo que se me va ocurriendo, una historia me lleva a otra, van surgiendo asociaciones y luego empiezo a darle un orden, a intentar entender qué es lo que estoy haciendo”, indica Ovejero. Esas “historias acumuladas” van concentrándose “poco a poco” en una central, “entonces ahí la estructura está más clara y quizá por eso ha llamado tanto la atención, es la estructura desnuda lo que estoy presentando”, detalla el escritor.
La necesidad de Ovejero de contar historias nació de niño, “no sabría decirte muy bien porqué, empecé escribiendo muy, muy pequeño”. “Siempre tuve claro que iba a ser escritor, que tendría éxito o no, que podría vivir de ello o no, eso daba todo igual, lo mío era escribir, contar historias”, reconoce el escritor, que cuenta que las historias no es solo necesario contarlas, sino también imaginarlas. “El trabajo entre el pensamiento, la imaginación y la comunicación para mí siempre ha resultado muy atractivo”.
Y lo de contar historias lo ha llevado por diferentes caminos: la novela, el ensayo, la poesía... “Me parece que son maneras distintas de contar y, por tanto, maneras distintas de mirar el mundo”, asegura. Cada género aporta un lenguaje y una mirada, “no es lo mismo cómo miras lo que sucede, o te sucede, cuando estás escribiendo poesía y cuando estás con una novela”, indica, mientras añade que con el tiempo se ha dado cuenta de que “las distinciones entre géneros pueden ser un poco artificiales, no pasa nada por mezclar en una novela poesía, pensamiento, cuento... que si lo haces bien, en el fondo todo tiene cabida”. De este modo, en ‘Vibración’ se deja ver también una “base de relatos casi independientes de cuentos que están sosteniendo la novela”. “Se puede ampliar el límite de cada género”, reafirma.
Ahora, se centra en la presentación de ‘Vibración’, aunque asegura que ya hay ideas para el futuro, “siempre estoy trabajando en los siguiente”.