Una de las acusadas por la muerte de Samuel Luiz: "Tenían razón, fue una cacería, una animalada"

"Tenían razón, fue una cacería, una animalada”, señala Katy Silva, que se enfrenta a 25 años de prisión
Una de las acusadas por la muerte de Samuel Luiz: "Tenían razón, fue una cacería, una animalada"
Katy Silva accede a la Audiencia Provincial de A Coruña | Quintana

La Audiencia Provincial de A Coruña celebró este jueves la segunda jornada del juicio por el crimen de Samuel Luiz, el joven de 24 años que perdió la vida el 3 de julio de 2021 a causa de una brutal paliza en el Paseo Marítimo. Dos de los cinco acusados, Alejandro Míguez y Katy Silva, declararon en esta sesión. Se trata de los dos procesados que se encuentran en libertad con medidas cautelares. El primero se enfrenta a una pena de 22 años de prisión. La segunda, a 25. Y ambos por asesinato con alevosía y ensañamiento, aunque en el caso de Silva consta un agravante de discriminación por condición sexual. Los otros tres procesados declararán el 14 de noviembre, cuatro días antes del veredicto.


Por la sala también tenían previsto pasar varios testigos de los hechos: dos amigos de la víctima e Ibrahima Diack y Magatte Ndiaye, los dos senegaleses que socorrieron al joven antes de perder la vida por un fallo multiorgánico provocado por los golpes recibidos. Sin embargo, sus declaraciones tuvieron que ser aplazadas para hoy por la imprevista duración de la segunda jornada. 


Los dos acusados por el crimen que declararon este jueves alegaron que intentaron frenar la agresión y apuntaron a Diego Montaña y a Alejandro Freire ‘Yumba’, además de a los dos menores ya condenados. El primero en declarar fue Alejandro Míguez. El joven, que decidió contestar a las preguntas de todas las partes, se declaró inocente. Amigo de Diego Montaña, quien presuntamente inició la agresión, relató que, en la madrugada del 3 de julio de 2021, recibió la llamada de su amigo para acudir a una discoteca de la zona de Riazor.

 

“Es todo culpa de Diego”

Al llegar al lugar, Montaña tenía una actitud “agresiva”, por lo que había sido expulsado del local. Una vez abandonó la discoteca, Míguez reconoció ayer que se encontró con un “tumulto” y vio cómo Diego Montaña “le pegaba a una persona mientras Alejandro Freire lo sujetaba del cuello”. “Lo primero, intento saber qué es lo que está pasando. Escucho a Catherine decirme: ‘No hagas nada que esto es todo culpa de Diego. Recuerdo meter los brazos e intentar acceder a Diego y luego ser desplazado por el tumulto. Intento acceder a Diego con intención de separar”, relató.


También comentó que uno de los menores llevaba un arma tipo “japonés o chino” y que Kaio Amaral dijo que “a lo mejor la había utilizado”. A preguntas de la fiscal, Olga Serrano, y tras reproducir el recorrido donde se produjo la paliza mortal, se desvinculó del grupo: “Yo emprendo otro camino”, no sin antes ver cómo Montaña y Freire “se llevan a Samuel agarrado cada uno por un brazo. Yo en ese momento me desvinculo de la situación. No entiendo ni soy testigo de cómo se origina”. Además, el acusado recuerda que intervinieron tres “chicos senegaleses”: “Yo considero que son tres y no dos”. 


El que fue el último detenido reconoció, además, que mintió cuando declaró en el caso como testigo –hasta en tres ocasiones–. “No quería que esto me salpicase, estaba asustado porque es un caso muy mediático”. A la hora de visualizar fotogramas de la madrugada del 3 de julio de 2021, el acusado repitió en numerosas ocasiones que no se “identifica” en ninguna imagen del Paseo Marítimo, excepto en una en la que se le ve parcialmente la cara, ya en Juan Flórez. La fiscal puso de manifiesto un posible cambio de móvil del acusado semanas después de los hechos. Míguez admite que se compró otro terminal de segunda mano, pero que volcó los datos, aunque la Policía no encontró ningún registro de llamadas ni datos en WhatsApp ni Instagram en el mismo. Serrano le preguntó sobre la reunión mantenida en el parque de San Diego horas después de la agresión mortal a Samuel, cuando ya conocían el desenlace de la brutal paliza. 


Míguez, que había acudido al Hospital de A Coruña con Kaio Amaral debido a una intoxicación etílica de una amiga, relató que allí un sanitario le dijo que el joven que había llegado –Samuel– estaba en estado muy grave. Después de llamadas y un presunto mensaje a través de un grupo de WhatsApp enviado por Alejandro Freire ‘Yumba’, los jóvenes se reúnen en San Diego. “¿No es cierto que a ustedes lo llamaban insistentemente para quedar en el parque de San Diego y cuadrar versiones?”, planteó la fiscal, mientras él respondió que no lo recuerda. 


Una vez llega al parque, Míguez se encuentra a Alejandro Freire “histérico”, “de lado a lado”, diciendo: “¡Yo no lo maté! ¡Yo no lo maté!”. Ni Katy ni Diego estaban allí, dijo. Sí estaba, señaló, Kaio, quien afirmaba que intentó separar en la pelea.  A preguntas de su abogado, Manuel Ferreiro, Míguez insistió en que no contribuyó a la muerte de Samuel.

 

"Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón"

Tras la declaración de Alejandro Míguez, comenzó el turno de la segunda acusada, también en libertad con medidas cautelares: Katy Silva, quien se declaró inocente. La fiscal comenzó su intervención cuestionando sobre lo ocurrido en la discoteca el día de los hechos, a lo que la acusada confirmó que Diego Montaña se encontraba en un estado de alteración motivada por su embriaguez.


Fuera del local es cuando ven a Samuel realizando una videollamada. Su entonces pareja, Montaña, increpó a la víctima y, tal y como manifestó Silva, le dijo: “Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón”. Este, explicó, comenzó a propinarle puñetazos y ella le pidió que “parase, que no estaba grabando –Samuel– y ni siquiera se estaba defendiendo”. Entonces apareció Alejandro Freire en escena. En ese momento, declaró, el conocido como Yumba agarra del cuello a Samuel y comienza una agresión en la que “se caen al forcejear y Samuel tiene encima a dos personas”. Su papel en ese instante, señaló Silva, es el de intentar “sacar a Diego de ahí”. “Yo decía que nos fuéramos”, añadió.


La acusación particular, representada por Esther Martínez, preguntó a Silva si esta apartó a la amiga de Samuel para que la turba pudiese continuar. La acusada no solo lo negó, sino que puntualizó que no escuchó a “su acompañante pedir que parasen de agredirlo”, aunque imagina “que sí”. Ya en el turno de la acusación popular, Mario Pozzo hizo alusión a la existencia de algún tipo de animadversión hacia el colectivo Lgtbi por parte de Diego Montaña, a lo que Katy Silva apuntó que no. Para Montaña y Silva consta en la pena la agravante de discriminación por condición sexual. Su letrado, Luciano Prado, se mostró directo: “Qué opinas de la homosexualidad?”, a lo que está contestó que en su pandilla “hay homosexuales”.

 

En su declaración, la joven sostuvo que desconocía la condición sexual de Samuel. De camino al parque Europa, dijo que escuchó la palabra ‘maricón’ en alusión a Samuel, aunque precisó que su exnovio la solía usar, alejando así una conducta homófoba por su parte. Sobre unas imágenes que existen en las que porta una katana y un pasamontañas, Silva defendió que no es violenta y que solo se había hecho la foto “por hacer el chiste”.


Al término de las preguntas de su letrado, la joven de 22 años se rompió a llorar al relatar que se tuvo que mudar y que recibe amenazas permanentes. “Tenían razón, fue una cacería, una animalada”, sentenció su testimonio. 

Una de las acusadas por la muerte de Samuel Luiz: "Tenían razón, fue una cacería, una animalada"

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