Después de una semana a medio camino entre las influencias celtas y las yanquis, con motivo del Samaín y el Halloween, Labañou y su asociación vecinal decidieron adentrarse en la más popular de las tradiciones del otoño gallego y dar comienzo así al primero de los tres magostos programados para este fin de semana.
En realidad, la plaza de la Tolerancia se convirtió en un parque de atracciones de lo enxebre, un resort de la galeguidade que comenzó con una procesión de calabazas, continuó con el despacho de castañas y chocolate y tuvo como banda sonora los ritmos clásicos de Son D’Aquí. Lo más pintoresco de todo fue ver todo funcionando al unísono, con reclamos para varios tipos de públicos diferentes. Especialmente aplaudido resultó el espectáculo lírico-didáctico de Monifates, una agrupación divulgativa sobre el legado cultural gallego que, con marionetas y un teatro ambulante, hizo las delicias de los más pequeños. 

La presidenta de la asociación vecinal, Felisa Pérez Prada, fue la encargada de asar las castañas, un total de 130 kilos. Fue ejemplar el proceso de reparto, con cientos de personas divididas en dos colas, según buscasen sólido o líquido (chocolate caliente). 

Climatología 

Finalmente, los elementos se aliaron con la organización, que se pasó la mañana pendiente del parte meteorológico. Bajo ningún concepto se daría la suspensión de la fiesta, pero sí hubiera quedado algo más deslucida en el escenario alternativo de la CEIP Prácticas.

Al mismo tiempo que comenzaban a asarse las castañas en Labañou prácticamente en la otra esquina de A Coruña, en el Bar Ciudad de la Ciudad Vieja, varios voluntarios picaban las castañas que se repartirán hoy en el Magosto de la plaza de Azcárraga. El clímax tendrá lugar a partir de las 23.00 horas, con una gran queimada popular para brindar al unísono.