La limpieza del poblado de A Pasaxe acaba con el problema de los incendios

La limpieza del poblado de A Pasaxe acaba con el problema de los incendios
Tras solo un mes de trabajos, el antiguo poblado de A Pasaxe presenta un aspecto muy diferente del de principios de año | Javier Alborés

Después de un mes de que comenzaran los trabajos de retirada de la basura que cubrían el solar donde se levantaba el antiguo poblado chabolista de A Pasaxe, por fin se puede ver el suelo de hormigón que había permanecido oculto durante décadas. Todavía no hay un cómputo de la miles de toneladas de basura retiradas, pero todavía quedan muchos miles más por retirar, lo que podría durar todavía tres meses. Pero de momento, la operación de limpieza ya ha conseguido su primer efecto positivo: ha puesto fin a los incendios de chatarra que generaban alarma en el entorno. 


“Desde que comenzaron, no se han vuelto a producir las quemas de chatarras”, confirma el hijo de Gonzalo Barrul, el último poblador de A Pasaxe. Es habitual que los vecinos de la zona alerten a los Bomberos cuando ven humaredas alzándose desde el antiguo núcleo chabolista. Normalmente no suponen ningún peligro real, puesto que se trata de chatarreros que queman el metal para liberarlo de la goma y de otros restos y así venderlo a un precio mayor. Ha sido uno de los principales problemas medioambientales que ha generado el poblado, junto con la acumulación de basura, parte de la cual se filtraba a la ría con la lluvia a través del lixiviado o se arrojaba directamente. 
 

Pero todavía queda mucho por hacer. El Ministerio para la Transición Ecológica está invirtiendo  2.316.087,02 euros, financiados con los fondos Next Generation de EU a través del Fondo de Restauración Ecológica y Resiliencia (FRER) para regenerar toda la zona. La limpieza del poblado abarca los más de 20.000 metros cuadrados de la explanada lindante con el puente de A Pasaxe y todavía quedan muchos desperdicios en su zona más alejada.

 

El último chabolista   

Mientras que el problema ecológico se solucionará en unos meses, todavía no existe una solución para el último poblador de A Pasaxe, que lleva cuarenta años viviendo allí. Demarcación de Costas, que es la responsable del terreno, dado que es un dominio público marítimo terrestre, ha iniciado un proceso judicial para desalojar a Barrul, aunque este se ha visto retrasado por la huelga de letrados judiciales, su familia teme que se reanude pronto. 
 

El Ayuntamiento, a través de Servicios Sociales, le ha ofrecido realojarlo en varios pisos en régimen de alquiler, pero él se niega. Primero, porque lleva toda la vida viviendo al aire libre y no se adaptaría. “Es como encerrar un león en una jaula”, asegura su hijo, que se queja de que no hayan querido recibirlos en María Pita. 
 

Además, necesita el espacio libre para poder acumular la chatarra, la fuente de ingresos de su familia, aunque él no trabaja debido a varios problemas de salud. De hecho, los propios pobladores se están beneficiando de la limpieza porque les permite acceder a trozos de chatarra que se encontraban enterrados bajo toneladas de basura y a las que no podían acceder por falta de maquinaria. 


Por otro lado, tampoco creen que el sistema de realojos, muy parecido al que se siguió hace más de diez años en Penamoa, sea efectivo. “Más de la mitad de los que se fueron ya son okupas”, asegura su hijo. Aunque el Gobierno ofrece ayudas al alquiler, los impagos acaban acumulándose. Aunque nunca se ha producido un desalojo por este motivo, consideran que no es una solución a largo plazo. 

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