La lucha contra la tuberculosis en Galicia: seguimiento de contactos de hasta tres meses atrás

Los especialistas del Chuac aseguran que Galicia mantiene una situación estable gracias a sus programas de prevención
La lucha contra la tuberculosis en Galicia: seguimiento de contactos de hasta tres meses atrás
La Casa del Sol acogió el dispensario para enfermos de tuberculosis a principios del siglo XX

La incidencia de la tuberculosis en Galicia se mantiene bajo control gracias al programa de prevención y control instaurado en 1995, según confirman María Albalata y José Ramón Enjo, miembros de la Unidad de Prevención y Control de la Tuberculosis (UTB) del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac).

 

Sin embargo, en algunos países europeos los casos han comenzado a repuntar, lo que ha encendido las alertas entre los expertos en salud pública. Además, la incidencia de la tuberculosis ha recobrado especial relevancia en los últimos días tras conocerse que el exjugador del Deportivo, Lucas Pérez, padece la enfermedad.

 

Con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis, el 24 de marzo, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis (fuiTB) invitaron a reflexionar sobre las estrategias puestas en marcha para el control de la enfermedad, ya que según explican, en muchos países, incluido España, se está observando un incremento en la incidencia de la enfermedad.

 

Según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica y el Plan para la prevención y control de la tuberculosis, en España, en 2023 la tasa de notificación fue de 8,2 por 100.000 habitantes (3.944 casos), lo que supuso un aumento del 11,4% con respecto a la tasa de 2021

 

Esta incidencia varía entre comunidades autónomas. Así, aquellas que presentaron en 2023 una tasa mayor fueron: Cataluña (12,3), Galicia (11,2) y País Vasco (10,9). “Si se mantiene la tendencia actual, los esfuerzos realizados serán insuficientes para alcanzar los objetivos de la OMS”, advierten los expertos.

 

La OMS estableció en su estrategia mundial para alcanzar el fin de la enfermedad (End TB) reducir un 80% la tasa de incidencia de tuberculosis para 2030 respecto a 2015.

 

Una situación estable en Galicia

Desde la implementación del programa de prevención, la incidencia de la tuberculosis ha experimentado una importante reducción en la comunidad gallega. “La situación en Galicia está controlada”, asegura María Albalata, quien subraya que existen siete unidades específicas para el seguimiento de la enfermedad en cada área sanitaria. La tendencia a la baja se ha mantenido durante los últimos años, aunque en Europa se ha detectado un incremento en algunos países.

 

Cómo se propaga la tuberculosis

La tuberculosis se transmite por vía aérea, especialmente en espacios cerrados y en contacto directo con una persona enferma. “Las tuberculosis que tienen capacidad de contagio son las pulmonares y las laríngeas”, explica Albalata. No obstante, la infección puede afectar a distintos órganos del cuerpo sin que necesariamente sea contagiosa.

 

José Ramón Enjo añade que no todas las tuberculosis pulmonares tienen la misma capacidad de transmisión. “La tuberculosis bacilífera tiene un mayor potencial de contagio que una pulmonar sin bacilos en el esputo”, lo que influye en la estrategia para estudiar y controlar los contactos del paciente.

 

Detección y control de los contagios

Cuando se detecta un caso de tuberculosis pulmonar o laríngea, las unidades de control estudian la gravedad del contagio y realizan un rastreo de contactos.

 

"Para determinar la magnitud del contagio, nos vamos a dos o tres meses atrás, donde ha estado ese paciente y con quien ha estado en contacto, ya que en este periodo pudo haber estado transmitiendo la enfermedad", puntualiza Albalata.

 

“Empezamos con convivientes y contactos estrechos, y si los primeros análisis muestran una alta tasa de contagios, el rastreo se amplía progresivamente para garantizar que no haya pacientes infectados sin diagnosticar" señala Enjo.

 

Indican que la tuberculosis se divide en dos categorías: paciente enfermo y paciente infectado. Mientras que el paciente enfermo puede contagiar, el paciente infectado tiene el bacilo en su organismo, pero sus defensas lo contienen y no transmite la enfermedad. A estos últimos se les somete a tratamiento para evitar que la infección evolucione a enfermedad activa.

 

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas más habituales de la tuberculosis incluyen tos persistente, fiebre, fatiga y pérdida de peso injustificada. Sin embargo, en muchos casos la enfermedad puede ser asintomática. “A veces el diagnóstico llega por una radiografía realizada por otro motivo”, comenta Albalata.

 

En casos avanzados, la enfermedad puede afectar a otros órganos del cuerpo, como los riñones o los huesos, lo que puede dificultar su detección. El periodo de incubación es muy variable, aunque el mayor riesgo de desarrollar la enfermedad suele estar en los dos años siguientes al contacto con un paciente infectado.

 

El reto de mantener la tuberculosis bajo control

Aunque Galicia mantiene una situación estable gracias a sus programas de prevención, los expertos insisten en la necesidad de seguir reforzando las estrategias de control. La tuberculosis sigue siendo un desafío de salud pública y el repunte en algunos países europeos refuerza la importancia de la vigilancia epidemiológica.

 

“Lo importante es detectar los casos a tiempo, tratar a los pacientes y evitar la propagación”, concluyen los especialistas del Chuac.

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