Hoy da comienzo la Temporada Lírica de Amigos de la Ópera en el teatro Rosalía, con el recital ‘Os Nosos Intérpretes’ (20.00 horas), que protagonizarán el barítono Luis Cansino y el pianista Miquel Ortega. Cansino explica que será un recital “hecho con conciencia y con mucho cariño”, con el que recorrerán estilos y géneros “que han definido mi carrera”. Pasarán así por la canción de concierto latinoamericana, la zarzuela y hasta la ópera.
Desde la llegada de Aquiles Machado a la dirección de la Temporada Lírica el pasado año, se marcó como objetivo la apuesta por el talento local y gallego. “Galicia siempre ha sido tierra de grandes cantantes y ahora vive un momento excepcional”, refrenda Cansino, que apunta como “perfectamente compatible” el atraer estrellas internacionales y mezclarlas en un programa con talento local. “Pero es que, además, tenemos artistas gallegos que están triunfando en los principales escenarios españoles e internacionales y una cantera que viene apretando fuerte”, añade el barítono.
Cansino cuenta con una amplia trayectoria, con más de tres décadas de experiencia y, como es normal en estos casos, “es muy complicado quedarse con un momento concreto”. Pero explica que guarda con cariño momentos como “el día de mi debut”, no solo por el hecho en sí, sino por el camino previo, “esa primera audición con 20 años” en la que le dijeron “que tenía que seguir estudiando” y la “desilusión” que ello conllevó, sumado a la alegría “cuando a los pocos días me llamaron para debutar”.
Entre el resto de memorias que guarda, el barítono cita el debut en el teatro de la Zarzuela, su primera vez en el Real o “mis debuts en México, Colombia o Perú”. También guarda un recuerdo especial más reciente, “el regreso a los escenario tras la pandemia con aquella ‘Traviata’ en el Real”, que resultó la primera ópera que se hacía en el mundo tras la pandemia. Esos son solo alguno de los recuerdos que atesora, pero reconoce que “no habría espacio en la entrevista” si los rescatara todos.
Aunque Cansino recuerda que, pese a que son 36 sus años de carrera, son 48 desde que pisó por primera vez un escenario. Con ocho años un familiar de un vecino le escuchó cantar y lo llevaron a una prueba en una emisora de radio en Vigo. “Les gusté mucho”, por lo que propusieron que acudiera varios días a la semana “a un programa de máxima audiencia, que presentaba el mítico Xan das Canicas”, sólo con la condición de estudiar solfeo.
Con su dilatada trayectoria ha podido ver como ha ido evolucionando la lírica en nuestro país, del que dice que siempre ha habido “voces extraordinarias, y ahora no es la excepción”. Asegura que solo echa en falta “dos cosas”. Una es un mayor fomento de la lírica, “tenemos una amplísima red de teatros infrautilizada”, incluyendo más presencia musical en la educación, dándole la categoría que le corresponde al estudio de personalidades como Falla o Albéniz, al igual que se hace con los grandes de la literatura. El segundo aspecto es “que haya oportunidades de escuchas a nuestros artistas y que tengan la oportunidad de desarrollar una carrera en su país”.
Sobre el cuidado de la voz, asegura que las claves son “emparanoiarse lo menos posible, dormir y descansar bien”, a lo que añade “saber qué repertorio escoger en cada momento y no tener prisa en hacer determinados roles”.