Os Mallos, ‘al filo’ de la belleza: el barrio acoge a una nueva barbería y estudio de tatuajes

El local de Alberto Vázquez, en Ramón Cabanillas, pretende ser “un punto de reunión” para los vecinos de la zona
Os Mallos, ‘al filo’ de la belleza: el barrio acoge a una nueva barbería  y estudio de tatuajes
Alberto Vázquez, frente al local de su barbería | Javier Alborés

Los vecinos de Os Mallos están, desde hace una semana, un paso más cerca de acercarse a su máximo potencial de belleza. El responsable es Alberto Vázquez, de 36 años, quien con la apertura de su nuevo establecimiento, ‘Al Filo’, una barbería y estudio de tatuajes, erige en Ramón Cabanillas un altar dedicado a la estética —principalmente masculina, pero con cabida también para las mujeres— y el cuidado del aspecto.


La idea de este joven peluquero es establecerse y ofrecer al barrio “un punto de reunión”, familiar, en el que poder cortarse el pelo o tatuarse la piel en un entorno de confianza. Vázquez, con una amplia experiencia en el mundo de la hostelería, llevaba los pasados cinco años trabajando en otra barbería, la Atkinson de O Ventorrillo. Precisamente en ese mismo barrio, en la Formas Academy, estudió el oficio años atrás. Y ahora se lanzó a empezar con su propio proyecto. “Me decidí a montar esto por mi cuenta porque no me veía trabajando para otra gente toda la vida. Quería crecer un poco, y esta puede ser mi oportunidad”, expresa. Así, asegura que su idea era “montar una barbería diferente en el barrio, con una parte de peluquería pero también otra con tatuajes”.


En ‘Al Filo’, por tanto, hay dos salas totalmente diferenciadas, una para la barbería y, al fondo, otra para los tatuajes. Él se encarga de la peluquería, dirigida al público masculino, y trabajará con la artista Paula Martínez (hugiz_tattoo) en lo referidos a los tatuajes, con los que amplía la oferta también al público femenino. “Paula hace línea fina y realismo. Va a agrupar las citas por días, para estar aquí una semana al mes más o menos”, comenta.

 

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Paula Martínez y Alberto Vázquez, en la sala de tatuajes de 'Al Filo' / Javier Alborés


Ambas zonas son bastante amplias, dado que el local, que estaba abandonado, es muy grande. “Nada más verlo dije ‘me lo quedo’. Llevaba tiempo dándole vueltas al tema, había mirado ya locales por la zona, y cuando vi este, pese a que estaba hecho polvo, decidí quedármelo. Me cuadraba muy bien todo, incluida la zona, con una calle que ahora es peatonal, que eso me encanta”, explica. El proceso de acondicionamiento y reforma fue muy difícil. “Tuve la ayuda de varios amigos, a los que les agradezco mucho el esfuerzo. El local llevaba cerrado 15 años, y la reforma nos llevó mucho tiempo porque lo hicimos todo de cero. Yo aún encima tuve un accidente de moto y estuve cuatro meses parado… Nos llevó casi medio año”, manifiesta. Todos los muebles se hicieron con materiales reciclados o son regalos de amigos, puntualiza.


Un lugar de reunión


La idea, señala Vázquez, es que sea “un lugar de reunión, al que la gente pueda ir con amigos, a echar un rato”: “No quiero que esto sea solamente una barbería, sino que me gustaría que la gente pueda pasar a conservar y estar aquí. Quiero que sea un punto de reunión, no solo un ‘me vengo a cortar el pelo y me piro’”. Y el público, de momento, está respondiendo. “La verdad es que los primeros días ya estuve totalmente lleno”, asegura. “Es mi primer negocio, estaba un poco asustado, pero la gente está respondiendo muy bien. Estoy teniendo bastantes clientes nuevos, y también vienen conocidos. Me gustó el detalle de que la zona fuera peatonal, pasa mucha gente por la calle y se acaban fijando”, apunta. De hecho, cree que por eso hasta ahora nadie se había fijado en el local, porque la calle no era peatonal e igual no pasaba tanta gente. “Yo soy de aquí y noto la diferencia, los bares tienen mucha más gente ahora, por ejemplo”, explica.


Así que ‘Al Filo’, un local al que puso tal nombre “por el filo de una navaja, pero también por ver un poco lo que pasa”, al ser su primer negocio, ha iniciado su andadura con potencia. De cara al futuro, Vázquez lo tiene claro: “Tengo que mantenerme en esta línea, fidelizar clientes, y seguir mejorando para poder invitar a los chavales de Os Mallos a que se pasen por aquí a ponerse guapos”.


 

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