Primero fue en O Martinete, después en el Club Financiero y ronda de Nelle y ahora serán los vecinos de Os Mallos quienes se concentren a las puertas de la panadería okupada de la calle de Mariana Pineda para protestar por lo que consideran una preocupación constante. El portavoz de la Plataforma Veciñal Os Mallos, José Roble, asegura que ayer mismo pidió permiso a la Subdelegación del Gobierno para llevar a cabo esta manifestación dentro de quince días. Su celebración definitiva, sin embargo, está pendiente de lo que pase en este tiempo: “Si el Ayuntamiento y la Policía Nacional actúan, se cancelará”.
Roble señala que los propietarios de este bajo vacío, el número once de la calle, interpusieron la denuncia el mes pasado para que pudiese llevarse a cabo el desalojo de lo que señalan como un punto de venta de droga donde cada día entra y sale un gran número de personas, “pero pasó todo agosto y no se hizo nada”. “Trabaja más la panadería ahora que antes”, comenta con resignación.
La Policía Nacional señala que conoce a los individuos que se han instalado en la antigua panadería, a los que describe como “toxicómanos y pequeños delincuentes” e insiste en que todos son “conocidos”. Sin embargo, matiza que no se considera que la antigua panadería sea un punto negro de tráfico de drogas. Por el momento, la principal función parece ser la de refugio donde duermen individuos en riesgo de exclusión.