Poco más de diez días del nuevo año en A Coruña han sido suficientes para sufrir los efectos de fuertes rachas de viento, episodios intensos de lluvia o una gran bajada en las temperaturas. El último fenómeno fue las nieblas de advección, que durante la mañana de hoy cubrieron gran parte del paisaje de A Coruña.
Estas brumas matinales, más propias del mes de verano, se forman cuando una masa cálida y húmeda entra en contacto con una masa fría del mar, o dicho de otra manera, cuando la temperatura de los días previos es más alta de lo normal. “En este caso, la niebla formada sobre el mar por condensación del vapor de agua de la masa de aire que se encuentra sobre el agua fría del mar y empujada hacia tierra por el débil flujo del noroeste”, apuntó Francisco Infante, delegado de la Aemet en Galicia.
Y así ha sido. Acostumbrados ya al fuerte descenso en los termómetros durante los primeros días de año, estos últimos episodios de lluvia y viento opacaron la leve subida de temperatura de los últimos días. Y ayer, los coruñeses despertaron bajo el gran manto de niebla que ocultó algunos elementos del paisaje coruñés como el mar o el símbolo de la ciudad, la Torre de Hércules.
Aunque ya casi ningún episodio meteorológico suele pillar desprevenido a los coruñeses, la niebla pilló totalmente por sorpresa en esta pasada mañana de sábado. Los que salieron a la calle se vieron envueltos en este aspecto fantasmagórico que se adentró desde el mar hacia Riazor y terminó cubriendo casi por completo toda la ciudad, hasta las horas próximas al mediodía.
Para mañana, se espera que se puedan volver a repetir episodios parecidos, aunque esta vez de otro tipo diferente de bruma, la llamada de radiación. Este tipo de nieblas se forman sobre una superficie de tierra fría, con lo cual se adentrará desde el interior de Galicia, no desde la costa.