La hostelería de La Marina ha conseguido situarse en la metafórica casilla de salida que supone el cada vez más lejano 2019 e incluso superar los números que por entonces ignoraban lo que eran una pandemia y sus efectos. La que para muchos es la postal de la ciudad puede funcionar también como termómetro y certificar una realidad: el sector camina en la dirección correcta. Al menos eso dicen indicadores como la facturación a mitad de ejercicio, una sorpresa incluso para los propios profesionales del sector. “No esperábamos estar en números de 2019, pero todo está cuadrando; no esperábamos facturar tanto”, reconoce el presidente de los hosteleros de la zona, Alberto Boquete.
Pueden sacar pecho los profesionales de La Marina y parafrasear a Pedro Sánchez: solamente les ha faltado una invasión alienígena. El más supersticioso se habría echado a temblar cuando, en pleno cotillón de Fin de Año, un generador hizo saltar por los aires la luz, y con ello un pellizco importante de la recaudación. Tampoco ha acompañado el tiempo, factor determinante en el éxito y el fracaso de las aventuras empresariales en la zona. Hoy, el día en el que refranero invita a quitarse el sayo, la previsión de lluvias sigue dejando un panorama impropio de las puertas del verano. “En el caso de La Marina influye más la lluvia que el frío, porque para lo segundo tenemos calefactores en la mayoría de los casos”, recuerda Boquete, que también ha hecho frente a las borrascas Fien, Gerard y la actual Óscar en los últimos meses.
Un clima de otro tipo
Si bien el clima no ayuda a que los números en la hostelería sean todavía más positivos, sí lo hace la intención de los coruñeses, así como de los turistas, de lanzarse a las barras y las terrazas. Así lo ve Alberto Boquete, que este mismo fin de semana tiene la agenda completa de eventos en La Mansión 1783. “Parece que se ha recuperado de nuevo la actividad y la gente tiene muchas ganas de salir, celebrarse y juntarse”, dice. “En nuestro caso, ya solo con la parte de eventos, tenemos bastante jaleo este mismo fin de semana”, prosigue.
Finalmente, la cuenta pendiente de Fin de Año, en el término literal de la expresión, se ha cubierto a base de seguros. Sin embargo, lo realmente preocupante, el estado del generador y el hecho de prevenir nuevos problemas, se da por prácticamente solucionado desde los hosteleros de La Marina. “Hace poco estuvieron realizando labores de mantenimiento y la empresa se comprometió a solucionar ese problema”, sentencia Boquete, que ahora ya solamente le queda que definitivamente salga el sol.