Queda poco más de un mes para que llegue la primavera (o antes, teniendo en cuenta el cambio climático) y llegará la época de la siembra. También en la ría de O Burgo, puesto que el dragado estará terminado a principios de abril, y será el momento de enterrar en los bancos las crías de marisco. Pero la cofradía de mariscadores no está dispuesto a hacerlo sin tener garantías de que recibirán los subsidios que necesitan para mantenerse hasta que la ría vuelva a ser productiva.
Precisamente hoy tendrá lugar una reunión entre la empresa que efectúa el dragado y la cofradía para acordar el momento adecuado para la siembra y cuántos ejemplares de cada especie. Y allí piensan dejar claro cuál es su posición: “Non se pode permitir que o sector marisqueiro se extinga. Que busquen unha solución e non nos deixen tirados na rúa”.
Tanto el Gobierno central como el autonómico apoyan a los mariscadores y están de acuerdo en que deben recibir ayudas económicas hasta que la cría de almeja crezca y la ría vuelva a ser productiva. Pero no se ponen de acuerdo en qué Administración debe abonar esos subsidios. No es la primera vez: en febrero de 2022 llegaron a un acuerdo de tres millones de euros que abonaría el Gobierno central, pero las ayudas no llegaron hasta octubre.
El problema es que estas ayudas terminan con el dragado. Es decir, en abril, y teniendo en cuenta la proverbial lentitud de la Administración pública, ya sea central o autonómica, el plazo para las nuevas ayudas puede dilatarse bastante, sobre todo si no se han puesto de acuerdo todavía: la Xunta considera que es responsabilidad del Gobierno central, puesto que es quien ejecuta las obras con fondos europeos, mientras que en Madrid opinan que es la Consellería do Mar quien debe asumir el coste, puesto que el marisqueo entra dentro de sus competencias.
Naturalmente, a la cofradía no le importa quién asume el coste, mientras las ayudas lleguen a tiempo. Son casi ochenta las familias que dependen de ellas durante el cerca de año y medio que aún tardará el marisco en estar listo para faenar. Así que el sector quiere garantías en tiempo y forma, o no piensa realizar el trabajo de la siembra.
No se puede olvidar que los mariscadores ya tuvieron que entenderse con la Subdelegación del Gobierno, porque se pretendía resembrar las crías de marisco en invierno, cuando no hubieran sobrevivido en las frías aguas. No les costó mucho convencerles de que había que esperar a la primavera porque así les permitía extender hasta abril los trabajos de dragado con un cómodo margen de tiempo. Tampoco tuvieron problemas en admitir que debían sembrarse crías de las cuatro especies de marisco que existen en la zona (almeja fina, japónica, babosa y berberecho) y no solo una.
Mientras tanto, las obras de dragado están prácticamente terminadas así como las nuevas zonas verdes en el Paseo Marítimo que se ha creado con el relleno de lodo. Solo queda sembrar el marisco en la ría.