El dragado de la ría de O Burgo avanza, y se puede ver a los barcos trabajando a la altura del arenal de Santa Cristina. Lo que no puede verse ya son los furtivos que hasta ahora faenaban aprovechando que la actividad del dragado tenía lugar al otro lado del puente de A Pasaxe. La cofradía de mariscadores señala que el motivo es que apenas hay ya marisco: “Prácticamente ya no hay nada, el movimiento de las rocas y otros sedimentos han dejado a cubierto sitios donde teníamos sembrada la almeja”.
El marisco no volverá a la ría hasta noviembre o diciembre, cuando se comience la resiembra. “Ya sabíamos que esto ocurriría y habrá que esperar para que se pueda volver a faenar”; reconocen desde la Cofradía, pero esperaban que se pudiera resembrar en primavera, que es cuando las circunstancias climatológicas mejoran. En invierno, las crías están expuestas a los efectos de la lluvia, agua dulce que puede matar el marisco.
Será la Consellería do Mar la que decida cuándo se puede volver a trabajar. Todo depende de los niveles de metales pesados en el agua, cuyas analíticas, de momento, no se han hecho publicas. Pero sea cuando sea, los cofrades están convencidos de que el trabajo se realizará en un entorno muy distinto al que les era familiar: “El dragado del lecho de la ría ha cambiado los bancos, las corrientes, todo. Habrá más profundidad en los canales, y rebajas en algunas zonas, en algunas bancos. La ría en la que volveremos a faenar será totalmente distinta a la de ahora”. Eso significa que puede tardar bastante en ser productiva pero, de momento, los mariscadores subsisten gracias a las pagas fijadas por el Gobierno central tras muchas polémicas con la Xunta, que llevaron al colectivo a elevar numerosas protestas.
Lo importante es que las obras de dragado de la ría de O Burgo avanzan a buen ritmo. Rafael Eimil, jefe de Demarcación de Costas, asegura que todo marcha conforme a los plazos, de manera que las obras estarán terminadas antes de que acabe el año. Eimil estuvo acompañado de Carlos Gil, director de las obras. Existen dos balsas que contienen los lodos que amenazaban con asfixiar la ría: uno en O Burgo, y otro en Oleiros. La primera ya está llena, y la segunda, la de Oleiros marcha más lentamente y estaría repleta a finales de septiembre o a principios de octubre. De esta manera, se concluiría la primera fase.
A principios de mes, Costas estimaba que se han retirado 300.000 metros cúbicos de material. Más de la mitad, 180.000, son de lodos “muy contaminados” y el resto son lodos menos contaminados y la arena que se sacó de Santa Cristina. Cuando se acabe, se volverá a cubrir el lecho de la ría con una capa de 50 centímetros de arena limpia.