La misa de ayer a las 20.00 horas en la Venerable Orden Tercera, además de oraciones y cánticos, contó con ladridos y ronroneos como añadido especial. Las mascotas, casi en su totalidad perros (y algún gato), se sentaron junto a sus dueños en los bancos de la iglesia de la plaza de San Carlos para recibir la bendición con motivo de la festividad de San Antonio Abad, llamado el Abad de los animales.
Tras la celebración de la ceremonia, sobre las 20.30 horas, en el atrio del templo, el párroco de la Orden Tercera salpicó a decenas de animales que los fieles llevaron hasta el lugar. Estos, además, tenían ganas de que este día llegase, ya que el año pasado no se pudo llevar a cabo esta tradición, algo que se vio reflejado en el lleno absoluto del interior de la iglesia situada cerca del hospital Abente y Lago.
La historia narra que San Antonio halló la sabiduría a base de observar a los animales y el amor divino a través de la naturaleza y, de esta forma, se convirtió en el patrón de las mascotas. Por ello, los perros y gatos coruñeses se vistieron de gala con lazos, bufandas y ropa de ocasión para festejar este 17 de enero.
Eso sí, las campanadas del templo no parecían gustar a todos los perros presentes, y es que cada vez que sonaban, estas quedaban en segundo plano ante la marea de protestas de las mascotas. En el momento de la ansiada bendición, el párroco salió acompañado de la ofrenda, decorada con imágenes de animales.
En la Orden Tercera había una gran variedad de razas de perros y gatos. Entre ellos se encontraba Pinche, un Bulldog francés de un año y medio que vivió por primera vez esto de ir a misa.
“Es una tradición que siempre me ha hecho gracia y ahora que tengo perro sentía que tenía que ser partícipe. Ha sido gracioso verlo siendo bendecido como si fuese un humano”, dice Carla, su dueña.