Medio siglo desde la primera gran peatonalización: la de la calle Real y aledañas

La que se llamó la “batalla anti-coche” llevó a prohibir el estacionamiento en la zona de la Pescadería
Medio siglo desde la primera gran peatonalización: la de la calle Real y aledañas
Calle Real

Cuando tiene que enfrentarse a quejas vecinales por las peatonalizaciones, uno de los argumentos más socorridos de la alcaldesa es que nadie se imagina la calle Real o la plaza de María Pita llenas de coches. Inés Rey no es más en una lista de alcaldes que han tenido que batallar para convencer a los vecinos, como ocurre ahora con la avenida de A Sardiñeira. El proceso comenzó hace 50 años cuando, en julio de 1974, se aprobó en el pleno municipal una medida revolucionaria: no se podría aparcar en la calle Real ni en las vías aledañas.


El acuerdo entró en vigor el uno de agosto, como una prueba que se iba a efectuar durante el verano. En ese momento se había decidido que la peatonalización era parcial porque solo desde las 12.00 hasta las una de la madrugada se prohibía circular. En cambio, aparcar si se prohibió por completo.


La nueva medida afectó a las siguientes calles: Estrella, Mantelería, Galera, Olmos, Torreiro, Arco entre Olmos y Fuente de San Andrés, General Mola (hoy Álvaro Cebreiro) entre Olmos y Fuente de San Andrés, Bailén, San Nicolás, San Agustín entre San Nicolás y Plaza de Pío XII y calle Real.

 

La batalla anticoche

Por supuesto, se desplegó un dispositivo de la Policía Local para librar lo que se llegó a llamar la “batalla anti-coche”: se temía que los vehículos privados ignorarían las nuevas señales e invadirían las nuevas calles peatonales pero el experimento funcionó y el 19 de agosto se celebró un pleno en el que se felicitó a la Policía Local por su eficiencia. 


La Cámara de Comercio hizo una encuesta sobre los niveles de satisfacción y uno de los cronistas de la época, Emilio Quesada Zato, propuso ir más allá y cerrar María Pita al tráfico. 


Pero hubo que esperar todavía mucho tiempo para que la demanda del periodista se hiciera realidad. Durante el Gobierno de Francisco Vázquez, se construyó el túnel de María Pita y el estacionamiento. En 1987, la plaza mayor de la ciudad era ya definitivamente peatonal y en 1997 le tocó el turno a Riego de Agua


No fue la única peatonalización que acometería Vázquez, que se había propuesto que todos los barrios contaran con, por lo menos, una calle peatonal. En 1998 lo conseguía con la última obra en el barrio de la Sagrada Familia. En septiembre se acometió la última parte del proyecto, entre las calles Páramo y Villa de Negreira. En aquel entonces, solo ese tramo supuso una inversión de 58 millones de pesetas.


O Parrote-La Marina

En 2008 se peatonalizó O Parrote para construir un gran aparcamiento. Pero la aparición de unos restos arqueológicos pertenecientes a la muralla que se había construido entre los siglos XIV y XVIII convirtió la obra en una pesadilla, un boquete a cielo abierto que estuvo paralizado durante más de tres años hasta que se modificó el proyecto. Fue Carlos Negreira, del PP, quien lo terminó y en 2015 presentó un proyecto aún más ambicioso porque, siguiendo la estela de Vázquez, pretendía soterrar casi todo el tráfico de la Marina, 35.000 vehículos al día, para liberar 52.000 metros cuadrados. Era lo que denominó la “conquista del espacio para las personas”. 


Negreira presentó el proyecto en enero de 2014 y la primera fase se abrió en 2015. Fueron en total 5,6 millones de euros los que se invirtieron en la urbanización, a lo que hay que añadir los 16,5 millones del túnel, mucho más de lo que se esperaba inicialmente. También se retrasó más de lo previsto y fue el Gobierno de Xulio Ferreiro el encargado de recepcionar las obras después de exigir a la Autoridad Portuaria algunos arreglos. En 2016 comenzó la peatonalización de la Ciudad Vieja, que culminó en 2018. 


En el tiempo que lleva en la alcaldía, Inés Rey ha peatonalizado algunas calles importantes, como la de Compostela, o la de Alcalde Marchesi, a las que hay que sumar San Andrés, en obras actualmente. Pero le queda por delante la reforma más importante: la de Los Cantones, que se espera que se realice cuando haya rematado las de San Andrés. 

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