Se aleja definitivamente de la barrera psicológica de los diez euros el precio medio del menú del día, una tradición arraigada en la cultura popular (aunque tenga sus orígenes en Francia) y que provoca una de las ‘competiciones’ más beneficiosas para el cliente a pie de calle: ninguno es el igual a otro y fomenta una oferta cada vez más variada entre locales para dar cabida en sus opciones a la mayor cantidad de público. Sin embargo, esa creatividad se ha convertido también en un ejercicio de equilibrio y ‘malabarismo’ empresarial: se trata de ser lo más competitivo posible y, además, hacerlo sin perder la capacidad de atraer. Y hacerlo sin perder dinero.
Según los hosteleros es esta tercera parte de la ecuación la que ha llevado a que la mayoría de locales o hayan subido alrededor de un euro el menú del día o estén planteando hacerlo. “El menú del día es el ejemplo donde se nota la repercusión de los costes: se trabaja sin apenas margen de ganancia, porque va por volumen y con un pequeño margen de rotación de producto”, afirma Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería.
Decir O Pendello es sinónimo de menú del día para muchos coruñeses, no solamente de la zona de Elviña y Someso. No obstante, y a pesar de que en ocasiones incluso se antoja complicado encontrar dónde sentarse, la gerencia del local se ha visto obligada a incrementar 0,50 euros hasta los 13, el coste de su producto estrella. “No hay margen de ganancia, porque trabajamos solamente con aceite de oliva. Lo que hacemos es apretarnos un poco para no repercutirlo tanto en el precio”, explica el propietario, Javier Pardo, quien de momento no se priva de ofrecer según qué platos. “El bacalao, por ejemplo, cada vez nos cuesta más”, añade.
En la zona centro esos costes se multiplican, pero también la competencia. Por eso, Luis Rodríguez, propietario de Barlovento en la calle de Federico Tapia reconoce que el cambio en el precio será inminente: de los 12,90 a los 13,50 euros: “Subiremos el menú del día, pero no la carta, que ya la habíamos modificado hace poco”. El hostelero promete a sus clientes que no notarán el sufrimiento que él padece a la hora de echar números y comprar producto. “Seguimos vendiendo todo igual, no estamos recortando en ningún producto, intentamos ofrecer como siempre. Nos han actualizado los precios a 1 de enero, pero no recortamos cantidades ni nos privamos de ningún ingrediente”, asegura Rodríguez, que también percibe entendimiento por parte de los clientes. “Si subimos el precio no protestan, porque ellos mismos ven la cesta de la compra o echan gasolina”, subraya.
Por su parte, Juan Rodríguez ha hecho del menú del día y su precio la bandera del Nuevo Dinos. Situado en plena plaza de España, oferta de lunes a domingo la fórmula de cinco primeros, cinco segundos, pan, bebida y postre por 11 euros. Hace un mes resistía en 10, pero Juan Rodríguez, su propietario, no pudo resistir más. “Los motivos son evidentes: todo el mundo en la ciudad ha subido, como lo han hecho el agua, el pan o el aceite. No tuve opción ni de llegar a febrero”, confiesa.
Rodríguez se compromete a no volver a tocar la carta en un largo tiempo, aunque duda si podrá mantener la variedad. “El precio del pulpo, que lo ofrecemos dos días por semana, es un crimen y el rodaballo o el mero están imposibles. Es inviable en un menú de diez euros”, finaliza.