En el número 33 de Juan Flórez se esconde todo un tesoro. O Mercadillo vuelve en Navidad como lo ha hecho en las últimas tres décadas. El objetivo: recaudar fondos para la Cocina Económica. La precursora de este rastrillo solidario, Isabel Ruiz, asegura que en tan solo tres días han recaudado casi 3.000 euros, por lo que el propósito es lograr, como mínimo, los 26.000 euros conseguidos el año pasado para destinar a la labor de la entidad social de A Coruña.
Este año O Mercadillo se ha mudado de ubicación. De Linares Rivas a Juan Flórez, gracias a la colaboración ciudadana. “Cada año nos ceden los locales muy gentilmente. Es la primera vez en treinta años que nos lo ofrecen motu proprio. Además, el año pasado, tras terminar el mercadillo, el bajo donde nos localizamos temporalmente se alquiló muy rápido”. Los coruñeses tendrán tiempo para visitar este rastrillo. Desde el primer sábado de diciembre, estará abierto hasta principios de febrero, en horario de 11.30 a 14.00 horas, y de 17.30 a 20.30. Esta semana, además, no harán puente y su actividad no cesará.
Ruiz pone en valor la colaboración de todas las personas que hacen posible que O Mercadillo sea una realidad. Desde la gente que compra hasta todos aquellos que han donado mobiliario. Los precios, además, son accesibles a todos los bolsillos, ya que se pueden encontrar productos desde un euro. El más caro, una vitrina de Luis XV por 1.800 euros –con un 20% de descuento–. En el interior del número 33 de Juan Flórez hay todo tipo de reliquias. Desde un baúl chino forrado de piel policromada y dorada, hasta un retablo de Morató del siglo XX con esmaltes y piedras semipreciosas.
Todo aquel que busque mobiliario único podrá encontrar piezas irrepetibles. Lámparas, vajillas del año 1960, juegos de café y de té, espejos, pinturas –incluso se hará una galería en el primer piso con todos los óleos disponibles–, objetos de regalo, bisutería, marcos de plata, joyeros, palas para el paté de porcelana, marcadores, litografías, mesas de comedor, sillas de palacetes, candelabros y hasta una colección de cerillas.
Este año la Cocina Económica necesita toda la ayuda posible. “Hay más necesidad que nunca. Hay colas tremendas y ellos hacen una labor que no tiene palabras para describirla. Empiezan a las cuatro de la mañana y hacen 1.500 comidas diarias”.