La influencer coruñesa Minia Marcos Spiegelberg, especializada en el mundo de la moda, se encuentra en un momento cumbre de su vida profesional. Dividida, “como Hannah Montana”, entre dos mundos, esta joven se dedica a la comunicación, después de haber estudiado la carrera de periodismo en Madrid, y a la moda, con una cuenta de Instagram que acumula casi 20.000 seguidores. Y ha sido precisamente por esta última faceta por la que la revista ‘¡Hola!’, de tirada nacional, ha decidido dedicarle un reportaje en su número del mes de septiembre, tras haber colaborado en otras piezas desde que, en 2021, comenzase a petarlo con su exitosa cuenta.

A Marcos la pasión por la moda le viene desde siempre. Explica que, “desde que era pequeña”, siempre tuvo curiosidad por “probar ropa, inventar y mirarme en el espejo para ver cómo me quedaba”. No obstante, su vida tomó otros derroteros cuando decidió estudiar periodismo; una carrera que, señala, le ayuda a “poder mirar las cosas con distancia, con otra perspectiva”, algo que también puede aplicar al mundo de la moda y a su éxito en redes sociales. 

Un éxito, de hecho, que asume con naturalidad y organicidad. “El proceso de la cuenta fue muy orgánico, realmente. Era una cuenta personal a la que yo subía mis fotos, con mis outfits y demás, pero también con amigos y familia”, explica. Pero se produjo un cambio crucial, un paso del Rubicón, cuando se casó con su pareja en 2021. Marcos, que subió fotos de cómo se vistió en la boda, comenzó a hacerse viral en la red, causando que los redactores de ‘¡Hola!’ se fijaran en ella, e iniciando una relación profesional que ha desembocado, ahora, en un reportaje de seis páginas sobre su figura.

Según explica, está “contentísima” por haber aparecido en la revista, y asegura que se alegró tanto cuando la llamaron porque por una parte no se lo esperaba, pero por la otra lo sintió como una continuación con todo el trabajo que ha hecho estos años. Además, comenta que le gustó mucho la experiencia porque “se interesaron mucho por la persona detrás de la cuenta”, y no solo por el contenido que publica. Asimismo, comenta lo orgullosos que se sintieron sus familiares y amigos: “Mis padres arrasaron todas las tiendas”.

Reivindica la ciudad

Por otra parte, para Marcos no hay duda de que A Coruña es una ciudad en la que se viste bien. “No creo que sea polémico decirlo. A veces flipo porque según a dónde mires parece que estés en Milán o París, es una locura”, explica. Asegura a su vez que le encanta lo vintage y, de hecho, varias de las tiendas de A Coruña que señala como sus favoritas, como Orzán 76 o Varaston, destacan por su oferta de prendas de segunda mano. 

También acude a menudo, en la ciudad herculina, a la Sombrerería AustroHúngara, de donde dice que procede el sombrero que porta en la fotografía. Fuera de A Coruña, cita como sus predilectos a diseñadores o tiendas como Zaitegui Studio (Euskadi), Loewe, Palomo Spain o Isabel Terroso. Reservando siempre un lugar especial, eso sí, a Helena Mareque, que fue quien diseñó el vestido de su boda.

Romper con lo establecido

En cuanto a sus outfits y de dónde saca la inspiración para agregar publicaciones a su cuenta, Marcos se define hasta cierto punto como una “rompedora con lo establecido”. Así, asegura que, si bien está pendiente de lo que se lleva y de lo que le puedan enseñar amigos o seguidores, pronto se cansa y decide que “prefiere llevar la contraria”, y enseñar prendas que no usen tanto, o llevar algo que se aleje de lo que otros estén llevando en el momento. También se inspira, no obstante, en sus experiencias vitales; de este modo, explica, le encanta viajar, escaparse en cuanto tiene la oportunidad, lo que la ayuda de cara a renovar energías e ideas a su vuelta.

En la misma línea, preguntada por qué consejos brindaría a aquellos que quieran introducirse en el mundillo, insiste en repetir “lo mismo que decía en el reportaje de ‘¡Hola!’: tienes que salir a comerte el mundo”. Así, cree por su experiencia que es importante “salir un poco de la zona de confort”, arriesgarte, y sobre todo “decirte a ti mismo que vas a comerte el mundo”, aunque no sea necesario o verdad, “porque si tú mismo no te lo dices es imposible hacerlo”.