“Alfonso Molina está imposible”. Es una frase recurrente para los conductores que entran y salen del área metropolitana a diario, y que viven pendientes de los flujos y reflujos de la AC-11. Todos temen las horas punta, entre las ocho y las nueve de la mañana, o la una y las tres de la tarde. Sobre todo los viernes, cuando miles de vehículos parecen escapar a los municipios del área aunque solo sea durante el fin de semana. Pero los datos recabados por Ineco dejan claro cuándo hay que evitar Alfonso Molina: los jueves, los miércoles y los sábados, aunque solo a las seis de al tarde. Es entonces cuando se producen la mayor parte de los problemas.
Los accidentes se reparten a lo largo de la semana laboral más pero destaca el jueves como el día en el que se produce una accidentalidad mayor. Durante el fin de semana disminuyen, especialmente en la jornada del domingo. Se puede relacionar la accidentalidad con los desplazamientos de trabajo durante los días laborables de la semana que es además cuando la intensidad de vehículos es mayor. El jueves, por tanto, es el día de mayor agitación, y corresponde a las horas punta (09.00, 14.00, 15.00 y 21.00 horas). En cambio, el miércoles, el segundo día de la semana con más accidentes, se suelen producir a las 13.00 y a las 18.00 horas. El sábado, solo a las seis.
Por su parte, además del tráfico, hay que tener en cuenta otros factores, como la lluvia que estos días está empapando a los coruñeses. En este caso, el estudio de Ineco deja claro que los siniestros aumentan considerablemente en los meses de invierno, enero, febrero y marzo, cuando prácticamente se triplican con respecto a la mayoría del resto de meses. Durante estos meses las condiciones atmosféricas suelen ser peores con respecto al resto del año, con temperaturas más bajas, abundantes precipitaciones y menos horas de sol. Según el estudio de climatología que maneja Ineco, A Coruña ‘disfruta’ de 179 días de lluvia al año, lo que explica los siniestros en parte.
Durante el día se produce el 64% del total de accidentes y durante la noche, el 27%. Pero hay que tener en cuenta que la intensidad de vehículos durante el día es de aproximadamente el 85% del total de vehículos que circulan. Se puede concluir que la accidentabilidad de noche es el doble que durante el día, a pesar de las luces que iluminan Alfonso Molina.
Estos datos pueden hacer creer que la AC-11 es la vía más peligrosa de la ciudad, pero no es así: ese honor le corresponde a la ronda de Outeiro, según los datos de la Policía Local correspondientes al año pasado. El 092 registró 42 accidentes en la AC-11 frente a 53 de la ronda de Outeiro, pero hay que tener en cuenta que se contabiliza el tramo urbano. En Alfonso Molina se registran en total 13,8 accidentes al año por kilómetro.