Cuando se habla de logopedia, es habitual pensar en un niño que no sabe pronunciar la ‘r’. Pero la profesión es mucho más que eso y abarca áreas que incluso los profesionales sanitarios desconocen. Desde la voz o el lenguaje hasta la alimentación, pasando por la lectoesctritura y la audición, los profesionales ayudan a toda la población, no solo a los más pequeños. Con motivo del Día Europeo de esta profesión, la logopeda Mónica García Cortés, trabajadora del Chuac y tesorera del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia, recuerda que ellos también son sanitarios.
¿La logopedia es una profesión todavía muy desconocida?
Sí. En los últimos años hemos mejorado un poquito nuestra imagen, pero todavía tenemos mucho trabajo por delante. En mi experiencia, cuando digo que soy logopeda generalmente asocian que trabajo con niños. En logopedia, trabajamos con niños, con adultos, con bebés, con ancianos y con toda la población. Y con patologías muy diversas también. Desde enfermedades neurológicas, raras, cáncer, problemas para la alimentación o deglución, problemas de lenguaje, de habla, de voz, de lectura, de escritura…
¿Qué es lo que más le sorprende a la gente de la logopedia?
Cuando le cuento a la gente lo que hago, primero se sorprenden de que trabaje en un hospital y lo siguiente que les sorprende es que la mayoría de los pacientes que trato es por problemas de deglución. La logopedia no solo es hablar y no solo trabajamos la ‘r’ con niños. Otro mito es quizás que trabajamos en los colegios. La logopedia es una profesión sanitaria, no educativa.
Hay casos de personas que tienen que volver a aprender a hablar o incluso a comer.. ¿Es duro?
Es muy duro porque es algo muy importante para todo el mundo. Dependiendo de la causa, a veces es más progresivo como, por ejemplo, una enfermedad neurodegenerativa. Pero otras veces es algo repentino, como un ictus o un cáncer. Las logopedas acompañamos también en esto y ver que les ayudas a recuperar esas funciones es muy satisfactorio.
“La logopedia no solo es hablar y no solo trabajamos la ‘r’ con niños”
¿Se conecta mucho con el paciente?
Sí. A nivel hospitalario, normalmente son pacientes que están allí bastante tiempo. Entonces te da tiempo a establecer una relación muy estrecha, tanto con el paciente como con la familia. El trabajo con las familias también es muy satisfactorio. El ayudar a los padres de niños con dificultades, por ejemplo, o las parejas. Y ves cómo se desarrolla todo el proceso desde casi el principio hasta que consigue irse de alta. Es fácil conectar.
¿Qué casos le impactan más?
Los que más te impactan es la gente joven. Me viene a la cabeza un chico que tuvo una lesión con unas secuelas muy importantes. No podía comer, ni hablar, ni comunicarse… Tardó meses a empezar a evolucionar. Cuando ya medio empezábamos a pensar que no íbamos a conseguir nuestros objetivos, de repente empezó a comunicarse, a hablar, a comer… Y ahora es un chico que habla y come como antes.
¿Cómo es el día a día?
Hay muchísimos días a días en logopedia. Quizás yo no soy el caso más representativo porque aún no estamos tan presentes como deberíamos en la sanidad pública. Yo trabajo, sobre todo, con pacientes neurológicos. Mi día a día en el hospital es entrar a trabajar a las 08.00 horas. Lo primero que hago es revisar las historias clínicas de los pacientes que voy a tratar ese día, ponerme un poco al día de si ha habido alguna novedad con respecto al proceso de alguno de ellos e ir preparando las sesiones.
Dicen que susurrar es muy malo para la voz, ¿es real?
Sí. Tenemos dos cuerdas vocales que lo que hacen es cerrarse, vibran la una contra la otra y así es como se produce la voz. Si susurramos, no llegan a contactar totalmente, se escapa aire y tienen que hacer más esfuerzo.
"Si estamos afónicos, lo que nunca debemos hacer es susurrar; hace que las cuerdas tengan que hacer más esfuerzo"
¿Qué se debe hacer si estamos afónicos?
Hay que darle reposo. Lo que no debemos hacer nunca es susurrar. Es importante mantener una buena hidratación. Y acudir a un especialista si es algo que sucede con frecuencia.
¿Qué problemas puede dar una mala deglución?
La consecuencia puede ser una malformación de la dentadura y puedes requerir de ortodoncia. Hay gente que deglute adelantando la lengua, pero al tragar tenemos que moverla hacia arriba y hacia atrás. La lengua es la que hace que el paladar tenga esa posición. Lo normal es que, en reposo, esté posicionada hacia arriba.
¿Cómo ve el futuro de la profesión?
Somos una profesión relativamente joven y creo que hemos conseguido empezar a hacernos un hueco pero podemos seguir mejorando. Tenemos que trabajar mucho nuestra imagen en el ámbito sanitario porque incluso nuestros compañeros muchas veces desconocen todas nuestras funciones.