A pesar de que el impacto grave del covid-19 se ha reducido de manera considerable, los índices de mortalidad, por cualquier tipo de causa, continúan siendo más elevados que antes de la pandemia, en concreto, en la provincia de A Coruña fueron un 12% más que en 2019.
Según las estimaciones que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), en las primeras ocho semanas del presente año 2022 fallecieron en la provincia coruñesa 2.438 personas, lo que supone un aumento del 12,04% respecto al mismo periodo de hace tres años (en aquel momento, hasta febrero se contabilizaban 2.176 decesos).
Suponen también un aumento respecto al mismo periodo de 2020, cuando el coronavirus todavía no había impactado de lleno en la sociedad europea. Respecto a aquel momento, el aumento es del 10,02%, ya que en las primeras ocho semanas del 2020 se contabilizaron, según los datos del instituto estadístico español, 2.216 muertes en la provincia.
No obstante, respecto a los dos primeros meses de 2021, los de mayor gravedad del covid-19 en España, sí que se registra un descenso. Así, mientras en este 2022 se llevan contabilizados en la provincia de A Coruña 2.438 fallecimientos, en 2021 se certificaban 2.645, una diferencia cercana al 8%.
El Instituto Galego de Estatística (IGE), por su parte, actualizaba recientemente sus indicadores demográficos relativos al pasado 2020, entre los que destacaba la denominada “taxa bruta de mortalidade”, que contabiliza el número de decesos en una región por cada millar de habitantes.
En el caso de la provincia coruñesa, el organismo indica que esta tasa era, en 2020, el primer año de pandemia, de 11,47 por cada 1.000 habitantes, mientras que en la ciudad coruñesa era de 10,90.
Los datos relativos a la urbe herculina indican que ese era el valor más alto desde que hay registros. A modo de comparativa, esta tasa de mortalidad era de 10,27 en 2015, de 9,46 en 2010, de 9,14 en el 2000 y de 8,87 en 1998, el dato más antiguo que registra el IGE.
Pero, pese a que el valor del municipio coruñés es más bajo que el global de la provincia, es el tercero más alto de las siete grandes urbes gallegas.
Solo Ourense, con 12,83 defunciones por cada millar de habitantes; y Ferrol, con 13,52; se encuentran por encima de A Coruña, mientras que Lugo contabilizaba, según el IGE, cifras similares, con 10,85. Santiago y Pontevedra no llegaban a diez, mientras que Vigo superaba por poco ese valor (10,01).
El valor global para la comunidad también se ubicaba en 2020 por encima de los datos para la ciudad coruñesa. Así, la media gallega hace dos años era de 12,17 fallecimientos por cada 1.000 habitantes, según la última actualización del Instituto Galego de Estatística, que indica que un año antes, este valor era de 11,57. Echando la vista aún más atrás, a finales del siglo pasado, en concreto, se observa que la tasa bruta de mortalidad en Galicia era en 1998 de 10,43.