Los usuarios de las galerías comerciales Centro Real pueden, desde hace unos meses, visitar una galería de arte sin necesidad de acceder a su interior. Se trata de ‘o museo pequeno’, un espacio expositivo ideado por la coruñesa Mar Abella que busca dar oportunidades a artistas locales ofreciendo dos plantas en las que combinar un espacio para instalaciones, otro para vídeo y dos suertes de vitrinas para completar el discurso.
Abella regresó recientemente de Estados Unidos, donde pasó 29 años. Allí llegó, concretamente a Los Ángeles, con una beca de la Fundación Barrié para completar sus estudios de historia del arte y museología. En casi tres décadas, atesoró conocimientos como comisaria, educadora, restauradora y artista.
A su vuelta, con todo eso que “había aprendido”, “sentía la necesidad de contribuir a la sociedad gallega” y “quería hacerlo con un proyecto cultural sin ánimo de lucro”. Así, se decidió por un espacio “para artistas locales”.
Emprendió el camino para encontrar un local “relativamente pequeño”. “Quería que fuese en el centro y, si fuese posible, en un edificio histórico”. Encontró su ubicación actual, en Centro Real: “me fascinó desde el principio por su historia y belleza, y por la posibilidad de crear una comunidad con comerciantes y asistentes”, comenta Abella, que tiene claro la necesidad de revitalizar espacios como este, creando sinergias con el resto de comerciantes del entorno.
Su objetivo, asegura, “es proporcionar un espacio expositivo para la experimentación artística”. Dice estar abierta a “todo tipo de técnicas y narrativas, con tendencia a las instalaciones multidisciplinares, con objetos tridimensionales, con inclusión de vídeo o arte neón”. Abella explica también que les interesan las expresiones sobre la conservación de la naturaleza, pero también relacionadas con la artesanía, la tradición o el folclore, entre muchas otras.
Actualmente expone en ‘o museo pequeno’ la artista coruñesa Cabanes Fontao. Su proyecto, ‘Auga ferida’ referencia la contaminación de nuestros ríos y mares, a través de una instalación que aprovecha todo el espacio expositivo, una posibilidad “que me parecía superinteresante”.
“Me parece un formato genial, diferente, porque muchas veces a la gente de a pie le da corte entrar en las galerías, pero aquí solo tienes que pasar por delante y contemplar”, apunta la artista.
Su interés por la concienciación sobre la preservación de la naturaleza empezó con su Trabajo de Fin de Master. “Estoy rodeada de mar y me interesa mostrar algo de la realidad que muchas veces no se ve”.