A más de 20 grados y con algunos apurando sus últimos 'ligues de bronce' en los arenales, A Coruña ha recibido la Navidad. No ha entrado por ninguna superficie comercial, aunque en algunas tiendas ya rivalicen los adornos con las calabazas de Halloween. En este caso lo ha hecho por uno de sus grandes corazones culturales: el Ágora de O Ventorrillo. Allí los trabajadores y voluntarios ultiman la puesta a punto de un abeto que luce su iluminación y su ornamentación con un tamaño y un aspecto imponentes.
Que A Coruña es una de las grandes capitales de la Navidad lo evidencia su inversión de 800.000 euros en adornos, 300.000 más que el año anterior. Se trata en buena medida del reflejo del crecimiento de los barrios de la periferia, donde unos residentes cada vez más joven también reivindican la porción de magia para sus hijos.
El árbol del Ágora, en O Ventorrillo, sorprendió a la veintena de asociaciones vecinales que acudieron a perfilar la organización de las fiestas de barrio 2025. Por un lado las verbenas de verano y por otro el cardamomo, jengibre, la canela y el vino caliente.
Solamente Venezuela y alguna calle del sur de Galicia rivalizan con la histórica ciudad de las luces del pensamiento gallego en cuanto a antelación