Nieves Abarca | “Soy muy coruñenta y ‘coruñaindependentista’”

Nieves Abarca | “Soy muy coruñenta y ‘coruñaindependentista’”
Nieves Abarca, en la entrada de la cervecería de Estrella Galicia en Cuatro Caminos | Patricia G. Fraga

Entrevista CTV

 

Es una de las coruñesas que más gente ha matado y siempre se ha ido de rositas. Claro que seguramente sea porque sus crímenes, todos ellos exquisitos, nunca han salido del papel. En noviembre saldrá su próximo libro, el octavo, pero en esta ocasión todo fue tristemente real. “Es una novela de ‘true crime’ de algo que ocurrió en Galicia hace 23 años y que acaba de prescribir –explica–; es complejísimo porque, además, es un crimen sin resolver, así que tienes que sacar tus conclusiones a la vista del sumario y, por otra parte, tienes que ser neutra”.


Cuando descansa de escribir novelas, escribe en X, una red social en la que es muy activa. “Soy muy irreverente y políticamente incorrecta y eso que me controlo... Me cerraron la cuenta tres veces. Una, porque le llamé pusilánime a una presentadora gallega muy famosa, no sé qué entendieron por pusilánime. Ahora pago y no me la cierra Elon Musk”, afirma con una gran sonrisa.

 

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de A Coruña? 
Nací en el Materno pero rápidamente mi padre me llevó a Carral. Trabajaba en la granja de Saprogal y me crié con las vacas y los cerditos hasta los cinco años, que había que escolarizar a la niña y ya nos vinimos para A Coruña. Mi primer recuerdo son las Bárbaras, porque mi tía abuela era la madre superiora. Mi madre me dejaba allí, mientras hacía sus recados, y yo estaba con las monjas.

 

¿Cuál es su barrio? 
Yo vivía en la calle B, lo cual era una risa para todo el mundo, en la urbanización Soto, entre el Castrillón y Monelos. Había calle A, calle B y calle C. Luego pasé muchos años en Cuatro Caminos y A Gaiteira. Y ahora mi barrio es San Roque. Tengo tres barrios.  

 

¿Por qué eligió la cervecería como su rincón preferido de A Coruña? 
Hay dos sitios que me encantan. Uno es el cementerio de San Amaro y otro es este, donde quedo con mis amigos los viernes y disfruto mucho.

 

¿Cuál era su colegio? 
Como los barrios, fui a tres. Primero, al Liceo La Paz. Después me fui a las Franciscanas de Rubine, y luego a la Zapateira, y después a Salesianos. Pasé por todos: tres barrios, tres colegios.

 

¿Cómo recuerda aquella etapa? 
En las monjas lo pasábamos bomba, la verdad. Hacíamos deporte, jugábamos al fútbol, hacíamos esgrima por los pasillos... éramos unas salvajes. Creo que mi generación quedó como la más salvaje de las Franciscanas. Eran monjas ‘woke’, más modernas que algunas feministas de ahora. Sí que había alguna que nos decía “bájate la falda”, pero en general eran muy modernas. El recuerdo que tengo es muy bueno, lo único malo que recuerdo es madrugar; nunca me gustó.

 

Ejerce mucho de coruñesa. ¿De qué se siente más orgullosa? 
Yo soy muy coruñenta, y ‘coruñaindependentista’, además. De Coruña me gusta todo. Proclamo la independencia y el Cantón de A Coruña de toda la vida.  Me gusta la luz, el mar, el olor... hasta el olor de la Refinería, fíjate.

 

¿Y qué defecto resaltaría? 
El tráfico. Y el transporte público.

Justo le iba a preguntar qué autobús tiene que coger para ir hasta su casa... 
El bus (ríe nerviosa)... A San Roque de Afuera no hay bus. Esa es mi gran protesta de toda la vida. Tengo que ir hasta el estadio y no es mucho pero cuando llueve, en invierno... Tienes el 7 y para de contar. Y, para ir, el 14. Pero, para venir, hace una excursión por los Cárpatos y sabe Dios por dónde. Tengo mucha queja con el transporte público porque no hay un bus por todo el paseo marítimo. Solo está el 3 y el 3A y para cogerlos tienes que hacer un conjuro, solo hay uno cada media hora. No puedo ponerle más pegas a la ciudad, creo que está cogiendo bastante impulso en turismo, visualización... Zara le ha dado mucha vida, por mucho que alguna gente lo critique. Siempre puedes mejorar pero yo la veo bien.


¿Y cuando viene alguien de fuera, a dónde lo lleva? 
Hace poco vinieron unas amigas de Madrid. Les hice una excursión por Caión y, como son muy góticas, las llevé a San Amaro. Se quedaron alucinadas. Y a la plaza de Lugo y María Pita. 


¿Si pudiera hacer un viaje en el tiempo, a qué época iría? 
A la de Juana de Vega, lógicamente. Por eso escribí ‘Voraces’.

 

Y, para tomarse una caña, con Juana de Vega, supongo...
Para un café, sí. Para una caña, más con Emilia Pardo Bazán. La bigotuda la llamaba a la de Ferrol, cómo se llamaba...

 

¿Concepción Arenal? 
Esa. Era diabólica...

 

Suelo preguntar por el rincón favorito de la ciudad, pero en su caso también me interesa saber en dónde se cargaría a alguien... 
Tengo muchas ganas de cargarme a alguien en Riazor y hacer un ‘thriller’ futbolístico. Pero tiene que subir el Depor a Primera. Con el Depor-Ponferradina, como que no lo veo. Prometo que si el Depor sube, hago un thriller futbolístico.

 

¿A qué personaje de la historia coruñesa mataría? 
No se me ocurre matar a nadie en concreto...

 

Con lo que le gusta matar gente... 
Sí, pero me gusta matar gente que no existe.

 

Y en esa novela futbolística, ¿cuál sería la víctima? ¿El entrenador, si el equipo no va bien? 
El entrenador que lo cesen y ya está. Algún futbolista... pero de otro equipo. Del Barça o del Real Madrid. Eso daría más morbo.

 

¿De dónde le viene esa pasión por el crimen? 
A mí, en mi casa, me llamaban ‘Draculita’. El día antes de que yo naciera, que mi madre estaba en As Travesas, se metió un murciélago dentro. Y mi padre dijo: “Aquí está, la señal de que viene ‘Draculita’” (se ríe).

 

Entonces siempre ha sido así...
Siempre. De hecho, mis padres estaban muy preocupados porque yo dibujaba batallas... con brazos cortados. Si llega a ser ahora, me llevarían al psicólogo corriendo.

 

Menos mal que le dio por canalizarlo por la parte literaria...
Sí, sí, pobre de mí. Yo no soy capaz de matar ni a una mosca. A pesar de llevar la camiseta de Hannibal Lecter (risas)...

 

De hecho, su perro se llamaba Hannibal... 
Sí, murió de un día para otro, pobrecito. Estaba tan triste, tan triste, que me regalaron uno que iban a sacrificar. Se llama Sherlock.

 

¿Nunca se ha planteado escribir la historia del crimen coruñés? 
Sí, pero yo ya después del true crime... lo que quiero es hacer algo de terror. Y eso que hay muchos, como el que se refugió en un hostal al lado de mi casa, después de matar a un niño, el de la maleta... Y la desaparición del doctor Cuadrado, que a mí me tiene loca desde hace años. 

 

Preguntas cascarilleiras

En esta ciudad de contrastes, hay discusiones muchas veces sobre qué es mejor. Son preguntas que obligan a escoger entre locales, lugares, sabores o realidades distintas y que inscriben en un tipo de coruñés a quienes optan por una u otra. Incluso a quienes no pierden ni una sola oportunidad y deciden elegirlas todas.  

 

¿Bonilla o Timón?
Timón. Bueno, los churros del Timón y el chocolate de Bonilla, ¿puedes ponerlo?

 

¿La calle de la Estrella o la calle de la Barrera?
La verdad es que no soy de ninguna de las dos... Yo soy de aquí, de la Estrella de Cuatro Caminos. Y de Labañou.

 

¿Agua de Emalcsa o embotellada?
Tengo filtro (risas). Tengo la Brita, así que uso el agua de la traída. Le pongo el filtro y está buenísima.

 

¿Playa de Riazor o playa del Orzán?
Lazareto. Esa es la mía de toda la vida. Yo iba cuando se llamaba así y estaba allí el hospital abandonado y me colaba por allí. Era una de las playas más bonitas que he visto jamás. Con la vía del tren... era una pasada. También soy de la cala de San Roque, que ahora la tengo allí.

 

¿Es de ir a pie o en coche?
En coche. Por A Coruña voy a pie, pero también en coche. Y en bus... porque no hay (risas).

 

¿Es más de una verbena o de un concierto en el Coliseum?
Yo soy de Ópera. Del Palacio de la Ópera. O del teatro Rosalía.

 

¿De Carnaval o de San Juan?
Odio las dos (risas). El Carnaval me da mucho miedo porque hay payasos y los payasos me dan muchísimo miedo. Con que se me acerque alguien vestido de payaso y me hable ya me muero. Y San Juan me gustaba antes, el San Juan antiguo. El de la calle B, que hacías la ‘lumerada’ en el barrio, con los vecinos... Ese es el que me gusta. El del botellón masivo no me interesa para nada. Mucho ruido, demasiado jaleo... y yo, que soy medio valenciana, pues esa falla no me representa.

 

¿Helados tradicionales de la Colón o de la Ibi o sabores modernos?
No, no, yo lo tradicional. A mí me gustaba el de limón y chocolate, soy una clásica.

 

¿Jardines de Méndez Núñez o monte de San Pedro?
Monte de San Pedro, mucho más. Por todo. Por las vistas... No sé si han vuelto a poner otra vez el laberinto, que me encantaba... Tengo ganas de poner a alguien muerto allí.

 

¿En el laberinto?
Sí, sí... En medio del laberinto es un sitio espectacular para matar a alguien.

 

¿Dice más chorbo o neno?
Yo soy de más de chorbo. Chorbito, neno (risas). 

 

Nieves Abarca | “Soy muy coruñenta y ‘coruñaindependentista’”

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