La Semana Clásica de las Fiestas de María Pita tuvo en el recital de la Orquesta de Cámara Galega quizás el viaje más interactivo y didáctico de cuantos han podido disfrutar los inquilinos de las sillas de la plaza (incluidas las de las terrazas). El director Rogelio Groba, a su vez concertino, programó un pequeño repaso a los grandes maestros como Haendel, sino también por el patrimonio musical gallego, en buena medida el relacionado con el legado de su padre.
Minutos después de las 21.00 horas, apenas un par de retraso, la orquesta de cámara modificó cuanta disposición están acostumbrados a presenciar los más habituales de la Sinfónica: en este caso se trata de músicos que cada uno interpreta una parte por su cuenta y sin un director batuta en mano, más allá de la referencia del concertino.
La primera de las interacciones de Groba con el público fue para agradecer a quien correspondiese el buen tiempo del que disfrutaba su equipo. “Es un verdadero placer estar aquí, ¡y no llueve!”, bromeó el músico. “A ver si pasamos una noche plácida”, añadió. Después de un pequeño viaje introductorio apareció en escena la reconocida pianista italiana Elisa D’Auria., con experiencia en algunos de los grandes templos de la música clásica por toda Europa. Su interpretación, de algo más de media hora, levantó al público de sus asientos.
La plaza de María Pita girará hoy hacia música más tradicional con la llegada de Amizades, a partir de las 21.00 horas. La Semana Clásica regresa mañana con la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia.