A estas horas, las playas de la ciudad están prácticamente limpias de los restos de la fiesta que acogieron la noche anterior. También ha sido necesario retirar a algunas personas: a las ocho de la mañana, una pareja de unos 30 años de edad, aparentemente bajo la influencia del alcohol, se negó a abandonar la playa cuando se lo requirió la Policía Local y, tras una fuerte resistencia, fueron reducidos y trasladados a las dependencias policiales con el cargo de atentado contra la autoridad. En total, fueron cinco los arrestados y casi 200 las intervenciones realizadas por los servicios de emergencia.
El primer arresto había tenido lugar pasadas las once de la noche, cuando un joven trató (o se sospecha) de apuñalar a su pareja durante una discusión. La Policía Local lo arrestó por un delito de violencia de Género. Poco antes, había sido necesario reducir a otro joven que estaba fuera de sí, inmovilizarlo en la camilla y, tras llevarlo al puesto de La Coraza, trasladarlo al Chuac. En total, hubo cerca de 50 intoxicaciones etílicas, aunque la mayoría no tan extremas. También se registraron 42 quemaduras, 38 traslados, 50 cefaleas, mareos o indisposiciones, 17 limpiezas oculares, 17 heridas o laceraciones y 15 traumatismos.
En todo caso, ha sido uno de los San Juan más multitudinarios, con 150.000 personas abarrotando no solo las playas, sino también los barrios, 25.000 más que el año anterior. La Policía Local tuvo que cortar más calles de la previstas, como Emilia Pardo Bazán, ante la masiva asistencia de público. La calle San José, o la plaza Elípitica fueron otros puntos donde se congregó una gran multitud. Es posible que se deba al cambio que causó la pandemia, en la que la fiesta se dispersó por los barrios. Mientras que los jóvenes siguen prefiriendo la playa, la gente mayor disfruta preferentemente de sus calles y plazas.