Docenas de personas acudieron al encuentro del sol poniente en O Portiño, esperanzados por contemplar el eclipse anunciado. Cámaras fotográficas y visores apuntaron al horizonte encarnado, solo para ver sus esperanzas frustradas cuando unas nubes se interpusieron.
"Fue en el último momento", comentó un testigo. Durante la mayor parte de la tarde, el cielo se había mantenido razonablemente diáfano, lo que había alimentado la esperanza de los aficionados a la astronomía de que serían testigos del fenómeno, a pesar de que los expertos habían advertido de la dificultad.
La hilera de coches aparcados en una zona habitualmente desierta daban fe de al expectación generada. El momento debía ser cogido al vuelo: el eclipse era parcial estaba anunciado para poco después de las nueve, y el sol se pondría a las 21.17 horas. Al final, las nubles eclipsaron las esperanzas.