Nueve de cada diez coruñeses prefieren la tortilla sin cebolla

La sorprendente victoria ‘cebollista’ en el concurso de O Castrillón coge por sorpresa a los principales templos de la especialidad, en los que se apuesta por la receta clásica y regulada por el Ayuntamiento de Betanzos. “La gente entiende que una buena patata y un buen huevo no necesitan nada más”, dice el chef Álvaro Victoriano
Nueve de cada diez coruñeses prefieren la tortilla sin cebolla
Javier, responsable de todas las tortillas, y son decenas, que se sirven cada día en Pontejos | Javier Alborés

Saltó la sorpresa en Las Gaunas, que dirían los del fútbol con transistor. Esos mismos puristas y de tradiciones incuestionables vieron ultrajado parte de su orgullo ‘koruño’ el pasado jueves, cuando en el concurso de tortillas más popular de la ciudad, el de O Castrillón, una propuesta con cebolla se impuso entre 51 candidatas. Es la primera vez en la historia que la verdura de la discordia se cuela en la receta campeona, para sorpresa incluso de algunos miembros del jurado que se confiesan ‘sincebollistas’ acérrimos. Y es que, para muchos, A Coruña se rige por el mismo reglamento que Betanzos, donde el propio Ayuntamiento estableció como únicos ingredientes válidos la patata, el huevo y el aceite, además de sal al gusto. 


La victoria de Ángel Lorenzo, como así se llama el biólogo de 51 años y natural de Padrón, dejó fritos a buena parte de los espectadores, por lo que a pesar del mérito y lo diferente de su propuesta (la patata y el huevo eran traídos de Herbón), todavía queda un largo camino por recorrer para cambiarle las preferencias a los coruñeses: 9 de cada 10 clientes, según algunos de los templos tortilleros, se rigen por la versión ‘sin’. Uno de ellos es el propio Alberto Núñez Feijóo, que tiene en O Cabo de Picavia su local preferido.


Clásicos 

Entre las 07.00 y las 21.00 horas es difícil encontrar un momento en el que Javier no esté batiendo huevos o pochando patatas en el Pontejos, uno de los fijos en las clasificaciones populares de mejores tapas. Pasado el mediodía llevaba 15 unidades facturadas, de las cuales la inmensa mayoría iban en la misma dirección. “Es súper raro que gane el concurso una tortilla con cebolla: llevo 14 tortillas sin cebolla terminadas y de la que sí incluye aún queda una tapa disponible”, comenta. 


El hostelero cree que es una particularidad que define a los coruñeses en particular y a los gallegos en general, desde su más tierna infancia. “Si sale de Galicia las preferencias cambian muchísimo, pero aquí el 90 por ciento la quiere sin cebolla. La alternativa, por ejemplo, no le gusta nada a los niños”, sentencia.


Novo Mesoiro 

En un pequeño local de un barrio del extrarradio se facturan decenas de tortillas por encargo cada día para toda la ciudad y su área metropolitana. Es el tremendo mérito de O Roncudo, al que el boca a boca y la calidad de su producto han elevado a la categoría de referente. Allí también se trabaja bajo los cánones clásicos, según advierte la gerencia: “Más del 80 por ciento de lo que vendemos no lleva más que patata, huevo y sal. Nunca hacemos con cebolla, porque no gusta a todo el mundo”.


Ambos establecimientos están en el top 10 del blog Aún pillas tortillas, que durante los últimos 11 años se ha dedicado a probar y evaluar más de 400 tapas y pinchos de la ciudad y su área. Para Pablo Pérez, el cabecilla de la página, lo que pasó en O Castrillón es “arriesgado”. “La cebolla me sigue pareciendo innecesaria, porque últimamente todo el mundo es muy sincebollista, aunque creo que puede ser un triunfo con ánimo de concordia”, indica.


Ninguno de los que encabezan esa clasificación online desafía los cánones clásicos de lo que el bloguero considera un público conservador. “El 90 por ciento de los bares de la ciudad no llevan cebolla en sus tortillas, sólo los mayores son un poco más hacia el otro lado”, finaliza.


Hostelería 

Madrileño de nacimiento y coruñés de adopción, el presidente de Coruña Cocina y responsable del grupo Peculiar, Álvaro Victoriano, tiene una visión con más perspectiva acerca de los hábitos en la ciudad. Sin embargo, como chef respeta la propuesta de todos sus colegas. “Sé de esa guerra eterna, pero es que el coruñés es más tradicional, porque una buena patata y un buen huevo no necesitan nada más. Soy partidario de no avisar al cliente de los ingredientes, pero también menos es más y la clave es disfrutar”, apostilla.


El presidente de la Asociación de Hostelería, Héctor Cañete, apuesta en su local por ambas fórmulas y otra con chorizo.


Por lo tanto, y a tenor de quienes baten los huevos cada día en busca de la felicidad, el fin de la dinastía de O Castrillón no implica, ni implicará a corto plazo, un fin de ciclo para el ‘sincebollismo’ en A Coruña.

Nueve de cada diez coruñeses prefieren la tortilla sin cebolla

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