San Valentín es la fiesta del amor, pero también del odio. Hay personas que, bien por anteriores malas experiencias, por pleno convencimiento o porque, sencillamente, no tienen pareja en ese momento, odian ese día en el que todo se llena de corazones. Ante la avalancha de planes para celebrar San Valentín, estas son algunas de las opciones que ofrece A Coruña para pasar un gran día sin necesitar ni flores ni bombones.
Clue Hunter, Escapology, Mistery Gate. Son numerosas las opciones de escape room que hay en A Coruña. Pistas, intriga, lucha contra el reloj y, sobre todo, muchas risas. Se trata de un plan perfecto para hacer con un grupo de amigos o de familia y escapar de la ruta del amor de San Valentín.
Con el marco del puerto de A Coruña, se puede disfrutar de la exposición Irving Penn: Centennial, organizada por la Fundación MOP. Reúne unas 175 fotografías con una muestra de la fotografía de Penn. Entre ellas se incluyen retratos de famosos, personalidades de la cultura, trabajadores con sus herramientas de trabajo, desnudos abstractos, primeros documentales de escenas callejeras, composiciones florales, letreros y basura callejera, estudios de moda y naturalezas muertas.
Pinta tu cerámica te ofrece en A Coruña dejar tu marca para siempre en una pieza de artesanía. Se trata de un espacio en el que se reserva una sesión de dos horas y media, en las que se elige la pieza a decorar, se pinta y, aproximadamente en una semana, se recoge después del proceso de esmalte y cocido.
Espacios como Buadaeng Thai Massage, Raum o Nuad Sabai ofrecen un lugar de relajación para pensar en uno mismo. ¿Y qué mejor que hacerlo el día en el que parece que todo alredor está emparejado? A Coruña permite disfrutar de terapias creativas para hacer frente al día a día.
La respiración holotrópica es un método de autoexploración basado en respirar rápida y profundamente acompañando esto con música evocadora. La ofrece en sesiones privada Aum Shala en A Coruña.
Y para terminar el fin de semana del amor, o del antiamor, un plato fuerte. Fútbol. Porque el fútbol es amor, pero también tiene una gran dosis de lágrimas y desilusión. Si no, que se lo pregunten a los aficionados del Dépor, acostumbrados a vivir a su equipo entre grandes dosis de sufrimiento. Por ello, nada mejor que cogerse a un grupo de amigos para ver el Eldense-Dépor del 16 de febrero. Ya sea viajando hasta Elda, en un bar o en casa entre los mejores pinchos, unos refrescos y unas cervezas, el partido será un gran plan no romántico. Porque, encima, en el Eldense los blanquiazules se encontrarán con un recuerdo de uno de esos momentos tristes de las últimas temporadas. En su portería estará Ian Mackay, triste protagonista de aquella derrota en Castellón -por cierto, población vecina de la comunidad del Eldense- que hizo que muchos deportivistas pensasen que nunca se abandonaría el pozo de la Primera Federación. Pero se hizo, y quizá ver al Dépor sea una buena forma de reconciliarse con el amor. ¿O no?