El temporal costero cumplía ayer su segunda jornada con olas que alcanzaron los doce metros de altura en el exterior de la ciudad, mientras que en el interior llegaron a superar los siete metros en algún momento del día.
El temporal en el mar provocó que el pasado viernes se decretara una alerta naranja en todo el litoral gallego y ayer dejó estampas espectaculares en la costa coruñesa.
Las balizas que Puertos del Estado tiene en el entorno de la costa herculina registraron los datos de altura del oleaje. Los doce metros fueron captados a primera hora de la mañana por la baliza situada en Langosteira, mientras que los siete los certificó la baliza situada a la entrada de la ría coruñesa.
Desde el pasado jueves por la noche, el Ayuntamiento cerró las playas ante el aviso de color naranja, para evitar los peligros de la gente que pudiese acercarse hasta los arenales. No obstante, no fueron pocos los que se acercaron al Paseo Marítimo y a otros puntos de la costa de la ciudad para inmortalizar alguna de las impactantes olas.
En algunos casos se llegó a poner la vida en peligro, como fue el caso de una persona que se acercó demasiado al mar en el entorno de punta Herminia, junto a la Caracola. Una mujer pudo grabar en vídeo y subir a sus redes sociales, mientras la advertía, a una persona que estaba en las rocas mientras las olas batían contra las mismas. Las primeras simplemente la mojaron, pero una última la llegó a cubrir por completo, dando la sensación de que la mar la había engullido. No obstante, al parecer, no hubo que lamentar la imprudencia de esa personas que se acercó hasta el lugar donde rompía el oleaje en plena alerta naranja.
La alerta naranja se extenderá hasta primera hora de mañana, mientras que las playas también continuarán cerradas, para evitar que nadie se acerque al agua.
Además, el pasado viernes, el Ayuntamiento anunciaba que mañana se llevarán trabajos de restauración en la duna de Riazor, que precisamente protege el Paseo Marítimo de fenómenos meteorológicos adversos en la mar.
La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, recordaba esta semana que este tipo de trabajos son habituales, por lo menos un par de veces por temporada.
Si la meteorología lo permite, una máquina comenzará a trabajar mañana, a las 09.30 horas, con previsión de acabar su labor el próximo martes.
La duna se levantó a finales del mes de octubre y esta será su primera actuación de restauración para poder seguir cumpliendo su función protectora durante lo que queda de invierno.