Con la ordenanza de pisos turísticos en pleno proceso de tramitación, las opiniones se dividen entre aquellos que opinan que el propietario de una vivienda tiene derecho a hacer lo que desee con ella, y los que consideran que el turismo resulta perjudicial. Estos últimos alegan que los pisos turísticos elevan los alquileres y expulsan a los residentes del barrio o de la calle. El quid de la cuestión es qué pasa cuando no hay vecinos en una zona, porque esta se ha ido degradando con el tiempo y los edificios han quedado abandonados. Es el caso de Pescadería, especialmente del Orzán, donde no resulta rentable rehabilitar edificios tan pequeños para uso residencial, pero sí para uso turístico. Por eso, muchos vecinos lo apoyan.
José Luis Méndez, de la asociación vecinal, suele repetir al respecto: “Si hay que escoger entre pisos turísticos y ruinas con ratas, yo lo tengo claro”. Lo cierto es que en los últimos años, el Orzán ha visto un cierto resurgir después de mucho tiempo en el que los edificios han ido decayendo, sin que los dueños hayan tomado medidas, a pesar de los apremios de la Concejalía de Urbanismo.
“Muchos son pisos pequeños, que solo son útiles para turistas o para solteros, con una sola habitación”, explica Méndez. Además, asegura que ya hay varios edificios que están dedicados a este propósito, sin que hayan generado ningún problema. Hay que decir que la asociación del Orzán siempre se ha mostrado muy combativa a la hora de luchar contra las molestias derivadas del ocio, por lo menos del ocio nocturno, pero nunca ha denunciado problemas con los pisos turísticos.
“Aquí no viene turismo tipo Magaluf –señala Méndez–. Son gente de treinta años o más, que vienen a pasar el fin de semana. A veces vienen por otros motivos, como visitar amigos o para entrevistas de trabajo. Nunca hemos tenido ningún problema”. Tanto en la calle Socorro como en el Orzán hay locales de este tipo, algunos restaurados recientemente, y esta zona ya es una de las que más densidad de pisos turísticos alberga, razón por la que el Gobierno de Inés Rey (y el BNG, partido en el que se apoya) creen que debe regularse.
Para Rafael Serrano, vicepresidente de Aviturga (Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia), el Ayuntamiento está cometiendo un error al determinar en su nueva ordenanza que dentro de la zona Pepri (Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Ciudad Vieja y Pescadería) solo se pueda dedicar a pisos turísticos los inmuebles que figuren como de uso terciario. “Pretende cambiar una realidad por otra, porque la propiedad en A Coruña está totalmente atomizada”, apunta Serrano.
Según su punto de vista, los dueños de los pisos le pueden dar un uso u otro dependiendo de la época. A veces se trata de un piso turístico, pero en invierno puede ser de estudiantes, o puede decidir ocuparlo de nuevo porque necesita un alojamiento propio. “Al querer cambiar los usos en el centro, agravan la situación”, advierte el vicepresidente de Aviturga. Actualmente, resulta más rentable construir para pisos turísticos (ahora mismo, dos inmuebles se están rehabilitando con ese fin en el Orzán), pero la situación puede cambiar. “Una vez se haya amortizado la inversión, pueden volverse residenciales”, aclara.
Lo cierto es que tanto la Xunta como el Ayuntamiento también están rehabilitando por su cuenta, aunque mucho más pausadamente. Existen edificios como el de Marqués de Pontejos con San Nicolás, adquirido durante el Gobierno de la Marea Atlántica y que se espera que se finalice muy pronto (después de varios retrasos). El Gobierno local invirtió 1,6 millones de euros en su rehabilitación, sin contar con los 240.991 euros que había invertido la Marea Atlántica en comprar el edificio.
En el caso del programa Rexurbe de la Xunta, las cosas marchan también de una manera bastante lenta: tras varios intentos se compró un edificio ruinoso en el número cuatro de Santa María por 392.00 euros en el primer trimestre de 2022, pero todavía no han empezado las obras de rehabilitación. Otro tanto ocurre con el número 88 de San Andrés, que se adquirió en junio de 2022 por 520.000 euros.
Serrano apunta a que mientras estas rehabilitaciones todavía no se han finalizado, ya son varios los pequeños edificios que albergan solo pisos turísticos. “Eran edificios abandonados, levantados en los años setenta, y tenían una rentabilidad muy baja. Y con la peatonalización lo estaban más”, añade y pone como ejemplo de éxito el inmueble en la esquina de la calle Cordelería con el Orzán, como un “bonito ejemplo” de rehabilitación en el casco histórico con capital privado, aunque no sea el único. “Es muy pequeño, como una casa. Muchos de estos edificios nunca los construyó una promotora, sino que eran de origen familiar, algo propio de la época del tardofranquismo, y algunos ni siquiera tienen una división horizontal”, incide.
Aviturga ya ha anunciado que presentará alegaciones a la ordenanza de pisos de uso turístico, cuyo texto, que se encuentra en periodo de consultas, tacha de “genérico” y lleno de incoherencias y “puntos débiles”.
El 29 de este mes tendrá lugar una reunión de la mesa de regulación, donde se expondrán algunos de estos problemas. Con esta ordenanza, no se permitirá implantar viviendas de uso turístico en bloques residenciales excepto las que se encuentran en la primera planta o en la baja. Dentro de la Pescadería y la Ciudad Vieja, se pueden admitir edificios enteros de pisos turísticos, junto con los localizados en planta baja y plantas altas vinculadas a la planta baja. También se incluye una tasa específica de basura.
Para la alcaldesa, Inés Rey, esta normativa va a ayudar a moderar la “explosión de los pisos turísticos”. “Los modelos de turismo van cambiando y hay que dar respuesta, pero también tienen que estar regulados”, defendió la alcaldesa. Se da la casualidad que el Orzán es también una de las zonas de la ciudad con mayor cantidad de pisos vacíos. En algunos puntos de la Pescadería, la proporción es del 42%, según datos extraídos del INE, que resultan muy elocuentes.
CIFRAS |
1.370 hogares registrados como pisos de uso turístico existen en A Coruña, según el último cómputo del Sistema de Intelixencia Turística |
472 viviendas están desocupadas en Pescadería según los últimos datos del INE, lo que supone una de de las proporciones más altas (42%) de la ciudad |
1,6 millones de euros ha invertido el Ayuntamiento en un edificio de Marqués de Pontejos para convertirlo en cinco viviendas sociales |
912.000 euros es el precio que pagó la Xunta en 2022 por dos propiedades en A Coruña, una en la Ciudad Vieja y San Andrés, para rehabilitarlas |