La Delegación del Gobierno no deja de repetir que las estafas telemáticas están detrás del incremento de la criminalidad y aunque eso no es totalmente cierto, por lo menos en A Coruña, sí es verdad que los medios digitales están haciendo más fácil el trabajo de los delincuentes.
Solo el mes pasado, el Grupo de Investigación Tecnológica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña detuvo a un hombre y a una dos mujeres el día 16 y a un joven de 26 años el día 21. Todos se dedicaban a estafar simulando la venta de pisos.
Se trata de una estafa recurrente, que sigue un modelo que la Policía Nacional conoce bien. En ambos casos, los delincuentes utilizaron distintos modus operandi: ambos empleaban como gancho un portal de anuncios para ofrecer un piso que ni siquiera les pertenecía. Pero en el primer caso, en el que fue detenido un hombre de 47 años y dos mujeres de 38, el que decía ser arrendador del inmueble se comunicaba con la víctima mediante correos electrónicos y aplicaciones de mensajería instantánea. Es decir, que en cuanto le pagó el primer mes de alquiler, la víctima nunca llegó a ver en personar al estafador al que había alquilado un piso en Novo Mesoiro. Emplearon el mismo método para alquilar otro piso en la ronda de Outeiro.
Los delincuentes contactan con las víctimas a través de conocidos portales web y usan varias identidades falsas
Por el contrario, el joven de 26 años que ofrecía un piso en La Franja sí que lo enseñó a la víctima: el engaño estaba en que dicha vivienda era un piso turístico, como la víctima descubrió cuando el encargado se presentó para arrendarlo. Días después, estafó a otra mujer con un piso de la calle de San Amaro.
En ambos casos, usurpaban identidades de otros para evitar ser localizados. En el primero, llegó a usar las identidades de seis conocidos, como compañeros o clientes de una empresa en la que había trabajado. Además, las dos mujeres le prestaban sus cuentas bancarias para recibir los pagos fraudulentos, medidas que retrasaron su detención hasta el mes pasado. Todos acabaron en prisión.
Internet permite además a los delincuentes contactar con los estafados fácilmente, de manera que les era posible organizar varios engaños seguidos antes de que la denuncia del primero llegara a la Policía Nacional y los agentes se pusieran tras su pista. Por parte del Cuerpo Nacional de Policía se recuerda la importancia de no realizar envíos de fotografías o archivos de documentación con información personal, como documentos de identidad o nóminas a través de aplicaciones de mensajería instantánea o en correos electrónicos.
Las autoridades recomiendan no enviar fotos o archivos con documentación
a desconocidos
“Nuestros datos pueden ser utilizados fácilmente no solo para una en concreto, sino para innumerables estafas, como solicitar préstamos, realizar compras en internet, e incluso usurpar nuestra identidad para materializar otros delitos”, recuerdan desde la Jefatura Superior: “Si enviamos este tipo de datos a un desconocida es posible caer en esta red”.
En los teléfonos intervenidos en el primer caso, se pudo comprobar que el detenido mantenía contacto a través de la aplicación de mensajería WhatsApp con al menos otras cinco personas, futuras víctimas del mismo modus operandi, a las que estaba ofreciendo supuestos alquileres de pisos.