Una parte importante de la actividad policial es la lucha contra el menudeo de drogas, que deriva en muchos problemas de seguridad ciudadana. En torno al trapicheo siempre se producen robos, peleas, y otros incidentes que generan gran alarma entre los vecinos, por eso las autoridades suelen ejercer bastante presión sobre este fenómeno. Un ejemplo de ello tuvo lugar el día 15, cuando patrulleros del 091 detuvieron a un individuo por traficar en la calle Barcelona.

El arresto se produjo a plena luz del día, lo que generó bastante expectación. Sobre todo porque el individuo se resistió a la detención. Fueron necesarios dos coches patrulla para reducirle. Finalmente, le esposaron en el portal número 17. Según señoras mayores, residentes de la zona, la calle Barcelona ha sufrido un repunte de inseguridad, afirman que hay robos “todos los días” y algunas llegan tan lejos como para decir que “ya no salen” de su casa “por las tardes por miedo”.

En muchos casos, los arrestos se producen de manera fortuita, durante las rondas de vigilancia

El domingo pasado fue la Policía Local la que actuó contra el menudeo en la avenida Alcalde Pérez Ardá durante un control de un vehículo en el que viajaban cinco sujetos que los agentes del 092 sospecharon que eran toxicómanos. Al verles juntos, pensaron que estaban haciendo lo que se denomina una ‘cunda’. Es decir, un montón de drogadictos que se desplazan juntos para comprar drogas.

En cuanto percibieron el nerviosismo de los toxicómanos, los agentes se dieron cuenta de que su instinto no les había engañado. El registro sacó a la luz varias bolsitas de cocaína y resina de hachís que guardaba uno de ellos, que fue detenido y entregado en el juzgado de guardia. El detenido resultó ser un hombre de 32 años, vecino de Cambre y de nacionalidad española.

A juicio la semana que viene

Gran parte de las intervenciones a los ‘camellos’ son, por tanto, fortuitas. Rara vez merece la pena una larga investigación policial, pero siempre es importante mantener la presión por parte de los ‘zetas’, los patrulleros, que saben que la cocaína, la droga favorita de los coruñeses, se mueve en cualquier esquina de la ciudad. La semana que viene se va a juzgar otro caso semejante en la Audiencia Nacional. Los hechos ocurrieron hace dos años, cuando la Policía Nacional detuvo a un sujeto que había vendido a otro cocaína en una esquina de la calle San Vicente, en Os Mallos. El dinero (16,43 euros) cambió de manos y los agentes actuaron, interviniendo al traficante algo de cocaína, dinero en efectivo y un teléfono móvil. La pena por un delito así es de tres años y seis meses, así como una multa.

Si la sentencia es condenatoria basta para sacar de la calle al delincuente. Sobre todo, si este cuenta con antecedentes, lo que suele ser el caso (este individuo ya había cumplido pena en 2014). Pero el menudeo es un problema que no se puede solucionar, solo mantener bajo control.