La Policía Nacional ha detectado un aumento en los robos al descuido, o hurtos, en la zona de La Marina, en las últimas semanas. “Hemos notado un aumento en el número de denuncias, pero la mayoría se trata de robos sin violencia”, señalan fuentes policiales, que indican que la mayor parte de estas incidencias se producen en la amplia zona de terrazas que recorre el espacio peatonal. Allí se concentra una gran cantidad de público, sobre todo los fines de semana, lo que proporciona a los ladrones la cobertura necesaria para llevar a cabo sus robos. Aunque son varias las denuncias que reciben a la semana, las mismas fuentes policiales apuntan a que no es “preocupante”.
La desaparición de bolsos, teléfonos móviles o carteras es algo habitual en la noche. En muchas ocasiones, los afectados ni siquiera pueden asegurar que hayan sido víctimas de un robo, o cuando lo han sido, lo que dificulta mucho la labor policial. En parte, este problema es una consecuencia indeseada de la creciente popularidad de La Marina como zona de ocio. Esta ha ido creciendo desde la peatonalización, ya hace ocho años, pero se ha incrementado el final de la pandemia.
En un punto estratégico a caballo entre la plaza de la Cormelana, el Orzán y el área del puerto, La Marina parece haberse convertido en una parada obligada entre un público adulto, que supera los 30 años de edad. Además, recientemente se han abierto más locales, no solo de ocio nocturno, sino también restaurantes lo que ha contribuido a atraer a más gente y, por supuesto, a más delincuentes que tratan de aprovechar cualquier descuido para robar. La mayor parte de las denuncias, por supuesto, se producen los fines de semana.
Pero el de los rateros no es el único problema que se tienen que enfrentar los hosteleros de la zona: hace dos semanas se produjo un robo en el restaurante La Mansión 1783, donde varios encapuchados irrumpieron alrededor de las cinco menos diez de la madrugada. El propietario, Alberto Boquete, que también es el presidente de la asociación de hosteleros de La Marina, asegura que se llevaron un botín que oscilaba entre 3.000 y 4.000 euros, incluía mercancía (más de veinte botellas, según la Policía Nacional) y dinero en efectivo.
Todavía no se ha anunciado la detención de los sospechosos, unos sujetos que entraron “tapados de arriba a abajo con guantes, gafas, capuchas y mascarillas”. Boquete, en su calidad de presidente de la asociación de hosteleros de La Marina, recuerda que ya se han producido varios robos en el entorno, incluidas una heladería y una cervecería.
Todos estos sucesos resultan aún más llamativos en una de las zonas más transitadas de A Coruña, rodeada de edificios públicos, como e Ayuntamiento o la Diputación, y muy cerca de la Jefatura Superior de la Policía Nacional, aunque eso no ha disuadido a los ladrones que parecen ser profesionales, según todas las apariencias. “Realmente hay robos por toda la ciudad, en negocios y vehículos. Están volviendo”, denunció Boquete tras el robo.
Por supuesto, se ha solicitado más presencia policial a la Subdelegación del Gobierno. En esto hay que señalar que cada vez se realizan más controles policiales conjuntos durante la noche entre el 091 y el 092. l