Hoy se instalarán en la Ciudad Vieja y La Marina las señales que indican que forman parte de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad. Se trata de una medida que sigue la normativa europea de obligado cumplimiento para las ciudades de más de 50.000 habitantes para reducir la contaminación. Esto preocupa a los coruñeses propietarios de los vehículos más antiguos y, por tanto, más contaminantes, pero en realidad, no hay por qué: en el último año, los niveles de polución de A Coruña no han alcanzado los niveles que activarían la restricción de vehículos en el centro de la ciudad, según fuentes municipales, que asegura que no ha ocurrido hasta la fecha.
Aunque las condiciones de una ZBE varían en función de su tamaño y de otros factores, como puede ser la presencia de jardines y parques, el Gobierno tiene unas directrices para la creación de esas zonas que incluyen los estándares de contaminación. Ahora bien, hay que tener en cuenta que existen varios elementos contaminantes: el óxido de nitrógeno (N02), el monóxido de carbono, o el material particulado (PM 2,5, o PM 10) o el dióxido de azufre (SO2).
La concejalía de Medio Ambiente mantiene varias estaciones de calidad ambiental en varios puntos de la ciudad (si bien no en la zona centro): Fábrica de Tabacos, Santa Margarita, O Castrillón, San Diego y San Pedro. Tomando como referencia una de ellas, como la instalada en la Fábrica de Tabacos, se puede constatar que la calidad atmosférica de la ciudad es alta: en el caso del caso del dióxido de azufre, se considera bueno cualquier índice por debajo de cien microgramos por metro cúbico y el nivel más alto que arrojó el año pasado esa estación fue el 8 de abril: 9,6 microgramos por metro cubico.
En cuanto al óxido de nitrógeno, el peor día de 2022 fue el 19 de enero, con 150,4 microgramos por metro cúbico. Se considera “desfavorable” para la población todo resultado entre 121 y 230, pero lo cierto es que la mayor parte del año, la mayor parte de los resultados de nitrógeno permanecieron
por debajo de los 40 que se consideran una calidad del aire satisfactoria.
En cuanto al material particulado, las PM10, las de mayor tamaño, llegaron a nivel de ser peligrosas para la salud en varios días de 2022. Se considera “desfavorable” si se sitúa entre 51 y 100 microgramos por metro cúbico y llegó a los 63,4 el 17 de junio, siendo el pico del año pasado. Las PM 2,5, más peligrosas para la salud, nunca llegaron a niveles desfavorables (26-50) y el pico del año pasado se registró el 14 de julio con 23,5. Pero hay que tener en cuenta la proximidad de la estación ambiental de la Fábrica de Tabacos al puerto, cuyas labores de carga y descarga en ocasiones emiten polución, así como el hecho de que 2022 fue un año excepcionalmente seco, por lo menos hasta otoño.
Esto explica por qué el Ayuntamiento afirma que la instalación de la ZBE no supondrá ningún cambio real en la circulación. Los nuevos carteles no serán más que un trámite. Sobre todo, dado que se instalarán en la Ciudad Vieja y La Marina que, desde hace años, son zonas restringidas al tráfico de vecinos y, en el caso de la Marina, el transporte público. Pero, como señalan los expertos consultados, “una ZBE es mucho más que pegar carteles”. Consiste sobre todo en un cambio de estrategia en lo que se refiere a los desplazamientos o, más bien, en avanzar en una estrategia ya bien consolidada de rechazo del vehículo privado en favor del bus, de la bicicleta y, por supuesto, del desplazamiento a pie.
En una segunda fase (que tendrá que llevarse a cabo antes de fin de año), está previsto abarcar hasta la ronda de Outeiro y el litoral norte, lo que supone: el 29% de la ciudad, o 6,2 kilómetros cuadrados, donde vive el 55% de la población (137.244 habitantes). El concejal de Movilidad, Francisco Díaz Gallego, había señalado el año pasado que las ZBE se pueden implantar con diferentes modelos, y el coruñés sería más laxo. Díaz prometió que no habría control de vehículos por etiqueta y se mostró contrario a favorecer el vehículo eléctrico.
Esto es importante puesto que la implantación del coche eléctrico en A Coruña es mínima, con poco más de un millar de vehículos de entre los más de 143.000 matriculados en A Coruña. Pero de combustión interna o eléctrico, el vehículo privado sigue siendo el medio favorito de los coruñeses para desplazarse a diario, ya sea a estudiar o a trabajar: según los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística): un 53% (más de 51.000) lo prefiere, sin que las emisiones contaminantes sean un obstáculo