Abrir el grifo en la parte alta del barrio de O Castrillón se ha convertido en una especie de ruleta de la suerte en lo que a calidad del agua se refiere. Si se le pregunta al estómago, incluso podría hablarse de ruleta rusa si el que tuviera que hablar fuera el aparato digestivo de unos vecinos cada vez más convencidos de que sus problemas de malestar están relacionados con un agua turbia, llena de arena, piedras y demás ‘tropezones’ que arrastra en su camino por las tuberías. 

Se trata de una problemática con la que han aprendido a convivir, o por lo menos que ha dejado de sorprender cada vez que aparece de manera periódica. Según algunos de los testimonios aparece y desaparece, aunque al contrario que el Guadiana casi siempre es para traer malas noticias. “Llevamos bastantes años de turbieza en el agua, que muchas veces aparece con arenas o un tipo de óxido”, indica uno de los afectados. “Es un agua que acaba por convertirse en insalubre, aunque no negamos que haya pasado todos los controles de calidad durante el trayecto entre Cecebre y la ciudad”, añade. 

Arbitrario y repetitivo 

Califican los vecinos de O Castrillón de una turbieza “arbitraria y repetitiva” lo que se encuentran ocasionalmente brotando de sus grifos y que, lejos de ser un hecho puntual o que dura unos pocos minutos, se prolonga durante largos periodos de tiempo. “Estamos dos meses sin ella y otros seis seguidos sufriéndolo”, lamentan.

Han sido los propios vecinos lo que han empezado a indagar por su cuenta y han llegado a unas conclusiones preocupantes para su bienestar, que han provocado el cambio de modelo en el consumo de agua. “Parece que, según fuentes de Emalcsa, habría que instalar un nuevo dispositivo con su filtrado”, aseveran desde la zona afectada. “Cuando existen ciertos cambios de velocidad en las traídas de agua se levantan lodos u óxidos adheridos la tubería y, al no existir un dispositivo intermedio, no se pueden filtrar esas impurezas”, prosiguen.

Finalmente, respecto a los problemas en el día a día, los vecinos han podido comprobar una relación directa entre episodios de indisposición y la aparición de agua turbia en el servicio. “No es una acusación directa a Emalcsa, pero durante un par de meses hemos estado con problemas estomacales y han mejorado a raíz de tomar agua embotellada, y las fechas encajan justo con esos episodios de turbieza”, confiesa. “Nos parece mucha casualidad esa situación”, finalizan unos vecinos a los que cada vez extraña menos ese agua no incolora.