Reportaje | El acceso a la Universidad de A Coruña que recuerda a una partida de Jumanji

Reportaje | El acceso a la Universidad de A Coruña que recuerda a una partida de Jumanji
Una viandante accede a pie a la universidad | Patricia G. Fraga

El acceso a la universidad para VMP y peatones parece diseñado por un cinéfilo o un aficionado a las escape rooms, hasta el punto que los vecinos ya bromean con las semejanzas con una partida de Jumanji. Lo cierto es que, por el momento, no hay constancia de la aparición de animales salvajes o exóticos, aunque lo que en realidad encierra la broma no es más que otro uso de la ironía por parte de la asociación de vecinal del Recinto Ferial, que ha tomado la vía como paradigma de la necesidad de un desbroce y poda intensivos en el barrio. 


Situado en el llamado lugar de Lamelas, el camino y el túnel ocultos bajo la maleza son en realidad el único punto de conexión peatonal y para bicicletas y patinetes entre la ciudad y el campus de Elviña. 
De hecho, el tránsito de alumnos es una constante durante todo el curso universitario. Al menos mientras existe luz natural.


Y es que más allá de los frondoso de la vegetación y de la instantánea que ésta deja el problema se vuelve más serio cuando cae la noche, según relata la asociación vecinal del Recinto Ferial. “Tenemos una vecina, profesora en la universidad, que va andando a trabajar, pero que para regresar prefiere volver en bus”, comenta la presidenta, Lucía Fernández. “El sistema automático de iluminación comienza a las 21.00 horas, pero en invierno ya no se ve absolutamente nada desde dos horas antes”, añade. 


Película de terror 

Lo que a la luz del día es una postal de película de aventuras a la noche podría convertirse perfectamente en el set de otra de terror: luz tenue, un espacio en medio de la nada y un túnel oscuro del que no se intuye la salida ni lo que hay al otro lado. Lo cierto es que no ha habido que lamentar, o al menos no se tiene constancia de ello, incidentes de consideración. Sin embargo, muchos residentes apuntan a la proliferación de botellones y también al consumo de estupefacientes cuando el marco se vuelve más discreto. 


También se complica en ese punto en cuestión la seguridad vial, pues la visibilidad a determinadas horas es nula y el cruce entre peatones, bicicletas y patinetes se hace prácticamente a ciegas. “Muchas veces hay gente que circula, tanto en bici como caminando, con la linterna del móvil como única guía, y es algo muy peligroso”, finaliza Lucía Fernández, presidenta de la última asociación vecinal en llegar al mapa asociativo de la ciudad. De momento, ya ha conseguido llevar a pleno y a la aprobación de la propuesta para mejorar los tramos de carril bici de todo el barrio.

 

 

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