La iglesia de la Orden Tercera de la Ciudad Vieja acogió esta tarde su tradicional bendición de las mascotas. Los feligreses se acercaron con sus animales a una misa en la que participan todos los miembros de la familia.
Los fieles no faltaron a la cita, pese a los efectos del temporal, con un fuerte viento que no impidió la celebración de la ceremonia. La mayoría de los animales que se dejaron ver fueron perros, acompañados de sus dueños.
Algunas de las personas asistentes acude todos los años. Es el caso de Fina y Emilio, que acudieron con sus perros Jonathan y Lenca. Pero algunas personas decidieron asistir por primera vez este año. Tamara y Malena quisieron llevar a sus canes Simba, de once años, y Kira, de siete.
La mayoría de los perros iban casi tan abrigados como sus dueños. Y es que el frío apretaba a última hora de la tarde a las puertas de la iglesia. La misa está abierta a diferentes mascotas. Así, aunque los perros fueron multitud, entre los presentes se encontraba también un roedor, debidamente metido en su jaula.
La bendición se ha consolidado ya como una tradición, y los fieles comparten su experiencia con los conocidos. De este modo, Emi, que llevó a su perro Tucho para que fuese bendecido por el sacerdote, conocía a otras personas que asistían todos los años.
De hecho, la mayoría de los parroquianos son habituales en este oficio religioso, que tuvo lugar coincidiendo con la festividad de San Antonio Abad. Perros de todos los tamaños y razas llegaron a la iglesia y fueron bendecidos uno a uno por el cura, ante la atenta mirada de sus dueños, deseosos de que también a sus mascotas les vaya bien en este 2023.
Entre los fieles se encontraban muchos niños, que aprenden en el cuidado de sus mascotas el respeto hacia los animales y valores como la lealtad. Por eso la iglesia abrió las puertas a toda la familia, sin excepción.
Yorkshires, dálmatas y beagles ya han sido bendecidos. Con el cariño de sus dueños, seguro que disfrutarán de un buen año 2023.