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lunes | 1 julio | 2024
Los arenales de Riazor y el Orzán son la gran postal y la imagen con la que es imposible no vender turísticamente el San Juan fuera de A Coruña y despertar cuanto menos curiosidad. Sin embargo, ya sea por haberlo vivido desde la pubertad o por el cruel paso del tiempo, no todos los coruñeses miran a la playa a la hora de comerse las sardinas, saltar las hogueras y compartir con amigos. De hecho, el churrasco, la calle San Juan y las celebraciones privadas ganan terreno al epicentro de la noche más corta del año. Es indudable su capacidad de atracción, pero a medida que nos hacemos mayores también intentamos encontrar nuestro propio San Juan privado.
El Ideal Gallego ha querido conocer la opinión, generación por generación, de aquellos que hoy vivirán, a su manera, uno de sus días grandes del año. Y la sensación es parecida a cuando nosotros mismos nos convertimos en turistas: una cosa es tomarse un café en la Fontana de Trevi y otra es hacerlo donde de verdad lo hacen los romanos. Y es que muchos de los que pisarán los arenales a lo largo de la jornada de hoy o son debutantes o son turistas interesados en una Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Por otra parte, muchos jóvenes del área y la zona de la Costa da Morte han decidido alquilar buses para vivir a pie de playa y en el ocio nocturno de la ciudad una fiesta muy coruñesa, pero también cada vez más internacional.
Ariadna e Irene, hija y madre, llevan tiempo negociando el debut de la primera en San Juan. “Van a ir todo su grupo a Santa Cristina, pero sin hacer hoguera. Una vez allí suelen pedir un Glovo o McDonald’s y unas pizzas. Algunos beben alcohol y otros no, pero es complicado empezar a lidiar con sus primeras fiestas. Seré la madre pesada que escribe y llama cada rato y aún estamos negociando la hora de vuelta, entre las 02.00 y las 03.00 de la mañana”. Por su parte, la propia Irene afirma sobre la noche de San Juan: “Iré por la calle San Juan y llevaremos todas la misma sudadera para localizarnos. Hace años que no piso la playa”.
“Los planes que hacemos es quedar con los amigos en grupo, hacer un churrasco e ir a alguna fiesta. Este año, por ejemplo, iremos a la fiesta de Anceis después de cenar. La playa es más para gente hasta los 20 años. De mis amigos no va nadie allí y, aún así, creo que es la mejor noche del año para todos nosotros”.
“Tomaremos un churrasco y unas sardinas por ahí, pero la playa es quizás más para la chavalada, hasta los 24 o 25. Yo hace seis o siete que no piso la arena de Riazor o del Orzán. Se trata más de juntarnos los amigos de siempre y buscar un sitio donde estemos a gusto todos juntos. Cada vez se hace menos lo de ir a la playa”.
“El plan es comer todos juntos y después estar por la tarde y la noche en la calle San Juan. Posteriormente bajamos al paseo para ver las hogueras y estar en los sitios que tienen barra fuera. Hace diez años que no bajamos a la playa, aunque intentamos hacerlo un momento, para saltar alguna hoguera. Creo que eso queda para cuando eres más joven, haces botellón, te rebozas en la arena y te llenas de humo. Con la edad prefieres un plan algo más tranquilo y el tema de las parcelitas tampoco ayuda mucho”.
Christine Blanco y Alfonso Breijo tienen un gran poder de convocatoria entre sus amigos y cada vez que organizan el San Juan reúnen a más de una decena de personas en su finca. Allí no faltan las sardinas, el churrasco y el conjuro de la queimada. “Siempre lo celebramos en nuestra finca con amigos, que somos un grupo amplio en el que tenemos gente entre 37 y 50 y es algo que hacemos todos los años desde hace tiempo”, afirman. Empiezan por la tarde y acaban entrada la jornada siguiente.
“Tenemos varios conciertos con los Kibbis, es una locura auténtica la noche de San Juan. Tenemos un concierto en la playa, otro en la calle de San José, donde habrá ambientazo, y también en la plaza de San Pablo. Es la noche en la que más se disfruta del año. En otras fechas sale más la gente joven, pero en San Juan salimos desde niños hasta mayores. Antes se disfrutaba más en el barrio, pero San Juan aún ahora, con 68 años, no dejo de salir esa noche. Lo hice con mis hijos y sigo ahora”.
El periodista de la cadena de radio neerlandesa BNR ha asimilado rápido junto a su mujer los hábitos más coruñeses. El año pasado descubrieron fascinados el San Juan y esta vez llegarán a tiempo para repetir. Sus hijos también se unirán a la fiesta. “Fue nuestro primer San Juan y nos pareció inolvidable. Nos recordó al ambiente de las fiestas del Día del Rey en Amsterdam y nos gustó mucho cómo se vive en los barrios y en las calles. Repetiremos fijo y nuestros hijos irán a Riazor”.
