CICA Gallery inició su primera edición como un programa de residencias con un objetivo claro: crear una serie de proyectos en los que la ciencia se fusiona con el arte. Este es el cometido de los cinco artistas seleccionados por el Centro Interdisciplinar de Química y Biología (CICA) para realizar obras únicas con la colaboración de los investigadores y los medios disponibles en la institución. La ceramista Verónica Moar, la diseñadora Inés Rodríguez, el escultor Breogán Torres, la artista visual María Cillas y la fotógrafa Irene Sáenz se encuentran en las últimas semanas de sus proyectos singulares, cuya fecha de entrega será el 8 de abril y que serán mostrados en la Fundación Didac de Santiago de Compostela. La divulgadora científica, Deborah García, encabeza la iniciativa.
“La fase inicial de la estancia fue un poco de observación. No traía una idea fija, sino que me dejé contaminar un poquito por el trabajo de los laboratorios y del día a día”, narra Moar, única artista senior de esta residencia, antes de enseñar una labor que mezcla la cerámica con la perovskita, o perovskiña (una variante procedente de Galicia). Este mineral que cambia de temperatura con la presión, cualidad que puede servir como refrigerante solido y sin efectos contaminantes, adquiere una perspectiva estética en este caso.
Moar hace de la perovskiña el centro de su estancia al aplicar este mineral a una superficie de porcelana, aunque lograr esta unión no es algo sencillo: “La idea es hablar del transcurso del tiempo, que tiene mucho que ver en mi proceso y con lo que pasa en el laboratorio. Las cosas no se obtienen de un día para otro y no siempre salen bien”.
Inés Rodríguez enfoca su atención en los nanomateriales, que son aquellos que contienen partículas con una o más dimensiones a escala muy pequeña. “La dificultad que tuve fue integrarlos en una pieza textil más grande”, detalla la artista. La colaboración con sus compañeros de laboratorio le permitió explorar distintos soportes desde el papel hasta los textiles. El oro u el grafeno reducidos a escala nanométrica aportó interesantes opciones de color en las telas que Rodríguez aprovechará en su pieza final. Este encuentro entre la gran escala de la industria y la diminuta del laboratorio favoreció una retroalimentación entre la diseñadora y su guía en el mundo de la química, el doctor Alejandro Criado.
La fusión entre arte y ciencia aporta posibilidades difíciles que pueden parecer mágicas. El proyecto de Sáenz ahonda en las posibilidades de la luz al realizar fotografías sin cámara. La técnica de la cianotipia permite realizar negativos utilizando materiales sensibles que dejan de lado la que debería ser herramienta imprescindible para este arte.
La labor de campo resulta fundamental en la investigación; un aspecto que Torres añade a su trabajo. La plantación de algas en la Illa de Arousa atrajo la atención de este escultor, que decidió basar su pieza en esa experiencia. Del mismo modo, María Cillas decidió dar vida a su obra a través de las bacterias.
CICA Gallery es un proyecto financiado por la UDC y la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (Fecyt). Su presupuesto es de 53.000 euros. A pesar de mantener una de sus obras, los artistas también aportarán una segunda pieza que formará parte de la sede del CICA en Elviña.