“Aquellos que niegan los campos de concentración son los que estarían dispuestos a volver a hacerlo”. Con esta frase del escritor Primo Levi se inauguraba ayer el homenaje que tuvo lugar en el Circo de Artesanos, en la calle San Andrés, a Arturo García Lagares, ciudadano coruñés deportado por el régimen nazi al campo de concentración de Mauthausen en 1942, donde fue asesinado.
En el acto participaron Carmen Rodeja, portavoz de la Asociación para a Recuperación da Memoria Histórica, Roberto Parga, presidente del propio Circo de Artesanos, y Gemma Guitián, bisnieta de García Lagares. Además estuvieron presentes los familiares de otros ciudadanos coruñeses que compartieron el mismo destino en Mauthausen, como Martín Ferreiro o Julio Martínez Arias.
El evento, de una marcada emotividad, rememoró así la figura de García Lagares, de quien recientemente se pudo conocer su historia gracias a la investigación de David Lozano y Adriana Pereiro, también presentes. Como señaló Parga, “estamos obligados a reconocer a los deportados, y más si son de la ciudad, del barrio”. En parecidos términos se pronunció Rodeja, que explicó que es una historia “que también es de aquí, de Galicia”. Por su parte, Gemma Guitián, la bisnieta de García Lagares, agradeció a los investigadores su trabajo, pues ahora podrá conocer un poco mejor una parte de la historia familiar de la que sus padres y abuelos “no hablaban mucho”.
Además de las intervenciones de los presentes, los asistentes leyeron el juramento de Mauthausen, un manifiesto escrito por los españoles que sobrevivieron al internado en este campo. El acto finalizó con los asistentes llevando unas flores a la placa que homenajea al fallecido en el número 38 de San Andrés. l