El Mundial de fútbol se había convertido desde hace años en el adalid del consumo casero, con una creciente tendencia a batir récords en lo que a venta de televisores se refiere. Sin embargo, algunas de las muchas particularidades del que se está jugando en Qatar han sonreído a la hostelería, para sorpresa incluso del propio sector: el muy limitado número de encuentros con emisión en abierto, el hecho de que se desarrolle en invierno o la creciente mezcla cultural, con comunidades numerosas, han jugado a favor de convertir las tardes de noviembre y diciembre en una fiesta con aroma a fútbol de bar.
Así lo reconoce el propio presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, que apunta al fervor que levantan selecciones clásicas con colonia en la ciudad como una de las claves: “El Mundial siempre suma, y no es que el fútbol sea lo que fue en sus tiempos para la hostelería, pero en las cafeterías y bares se ha notado, de forma especial en algunos puntos con los partidos de Argentina o Brasil”.
Y es que buena parte de lo referido por Héctor Cañete tiene que ver con el elevado coste de la suscripción al principal proveedor del fútbol durante una temporada regular, alrededor de los 500 euros mensuales. Sin embargo, para aquellos establecimientos que deseaban contar con la licencia de cara a este mes era posible hacerlo por apenas 20, sin necesidad de tener suscripción previa. Muchos locales, incluso de ocio nocturno, se han reinventado y acondicionado su espacio para ofrecer los partidos en pantalla grande.
La vinculación argentina
El censo oficial del Instituto Galego de Estatística cifra en 356 los argentinos censados en la ciudad a final de 2021. Sin embargo, la realidad que se pudo ver en los últimos compromisos de su selección dista bastante (muchos de ellos tienen pasaporte europeo). Esos más de 300 se juntaron ceremonialmente en La Mila, situado entre la avenida de Oza y la plaza de A Gaiteira, para convertir el local de restauración en una pequeña versión de La Bombonera: cumbia, cánticos, camisetas y una fiesta que también se trasladó a la calle de Los Olmos o la avenida de Manuel Murguía, donde se encuentran otros templos.
Las redes sociales ayudaron a viralizar el fenómeno, y a los aficionados de la albiceleste o aquellos coruñeses que le desean lo mejor al exdeportivista Scaloni se juntaron numerosos curiosos que quisieron sentir la pasión argentina. Anteriormente, hasta su eliminación en cuartos de final, el mismo ambiente se había creado en los bares de arraigo brasileño. También los partidos de Senegal y Marruecos se dejaron notar en los bares de la zona del Agra do Orzán. La fiesta a raíz de la clasificación de Argentina hace intuir otro domingo en el que se monte la mundial.