La Inteligencia Artificial (IA)transforma el mundo y las entidades científicas de A Coruña son muy conscientes. La UDC y el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de España (Muncyt) colaboraron para organizar ayer una jornada alrededor del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para revelar la realidad de este fenómeno. Cuatro profesoras de la Universidad protagonizaron este encuentro al que asistieron 300 estudiantes de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional de forma presencial y 4.800 de centros de toda España de manera telemática.

A lo largo de las cuatro conferencias, Bertha Guijarro, Susana Ladra, Verónica Bolón y Adriana Dapena explicaron los orígenes de la IA, el funcionamiento de ChatGPT, los algoritmos verdes y las diferentes formas de interacción con esta tecnología. En su introducción, Guijarro, la primera ponente, habló de la influencia del matemático Alan Turing desde su máquina, germen de los sistemas informáticos actuales, hasta la prueba de Turing, criterio que analiza la capacidad de raciocinio de una Inteligencia Artificial en comparación con la humana. 

Guijarro afirmó que se desconocen los límites de esta tecnología, pero sus avances son imparables. Entre estos logros remarcó el hecho de que un hombre volviese a caminar gracias a un implante que interpreta las señales de su cerebro.

Ladra profundizó sobre las diferencias entre la inteligencia humana y el programa IA del momento. ChatGPT nació como un chatbot dedicado a generar textos articulados, pero sus creadores no tardaron en comprobar que podía hacer mucho más que eso. Su tecnología acabó derivando en la generación de otros contenidos como la recreación de dibujos o imágenes. Esta profesora evidenció limitaciones en la plataforma, como que su contenido no siempre sea verdadero o que posee un sesgo que se evidencia en su diferenciación del término científico y científica.

Aplicaciones verdes

Verónica Bolón centró su discurso en los efectos medioambientales. La experta reveló que algunos estudios demuestran que las sesiones de pruebas de varios de estos programas consumen “tanta energía como 126 casas danesas durante un año”. También indicó que la Inteligencia Artificial posee un carácter verde con aplicaciones como Oroeco, que mide el consumo de carbono personal o Litterati, para conocer la basura que se genera. 

La más llamativa fue En-Roads, un simulador de políticas climáticas. Bolón relató cómo se puede aprovechar para conocer el efecto de “diferentes estrategias que se pueden implementar al cambio climático” en ciudades o regiones.

La última ponente fue Adriana Dapena, que detalló cómo la relación entre humanos y maquinas a través de teclados o ratones está cambiando. La experta diferenció tres formas de conexión: a través de la voz, fotografías e imágenes o bioseñales transmitidas por el cerebro. Esta última expone el avance de una forma de tecnología que ha saltado de la ciencia ficción a la realidad.