Dentro de solamente once meses el barrio de Los Rosales celebrará el 30 aniversario de la colocación de su primera piedra. Muchos de los primeros en instalarse en una zona que ahora funciona como un auténtico pulmón social y comercial escribían entonces sus cartas a Santa Claus con la misma ilusión que parecen decididos a despertar en las nuevas generaciones, quienes ya no recuerdan la vida sin el centro comercial o edificaciones como la popularmente llamada plaza de toros. Dos negocios en cierta medida relacionados con los más pequeños se han propuesto despertar sensibilidades de todo tipo en el barrio y han llevado a cabo iniciativas que conectan directamente con los valores más tradicionalmente navideños: la solidaridad y la celebración.
Durante todo el año, Obradoiro Los Rosales se dedica a ayudar a los más pequeños con apoyo extraescolar en materias de todo tipo, especialmente matemáticas. Sin embargo, su responsable, Purificación Diz, apostó hace tres años por un tipo de ayuda extra: una recogida de alimentos que vincule a todos los vecinos y haga estas fechas algo más llevaderas para los que menos tienen, al más puro estilo de una institución próxima como El Refugio. “Vi mucha gente necesitada de camino al Obradoiro, incluso gente conocida, y me dije que tenía que hacer algo”, confiesa. Desde 2020 no ha dejado de superarse. 350 kilos el primer año, 360 en 2021 y 474 al cierre de la recogida de 2022, que tuvo lugar el pasado jueves. Apenas queda espacio en su centro de estudios para más caridad, aunque de cara al próximo año ya apunta a la media tonelada. El viernes comenzó la labor de empaquetado junto a su marido y su hijo. Cáritas será la que se ocupe de repartirlo de forma óptima. “Este año ha sido masivo, ayudaron mis alumnos, la gente del barrio.... superó todas mis expectativas”, confiesa. “Mucha gente se ha ido concienciando”, agrega Diz, que apela a despertar el mismo sentimiento en más personas y durante más momentos del año.
Con la mente en los más pequeños
Muy cerca, en la calle de Emilio González López, la cervecería Green Street presume de ser uno de los negocios más longevos de la zona. Aunque su target no es infantil por definición, ha querido darle una vuelta al concepto de cesta navideña y reivindicar la figura de los más pequeños como protagonistas.
Para ello, también por tercer año consecutivo, ha convocado un concurso de dibujos infantiles. El preferido de los clientes se llevará una bolsa de chuches por la que suspiran incluso los más talluditos, tal y como advierte su gerente, María Sanmartín: “La idea surgió porque nos encantan los niños; los mayores ya tienen sus cestas, jamones y vinos, pero para ellos nunca hay nada. Incluso hay adultos que protestan porque quieren una como esta”.
A pesar de que el plazo oficial finaliza el día 26, no será hasta el lunes día 2 de enero cuando se realice el sorteo. Cualquier nueva creación será bienvenida y pasará al salón de la fama de Green Street. “Están todos a tiempo de participar (hasta 11 años), cuantos más mejor. No ponemos pegas y queremos hacer una carpeta junto a los dibujos de otros años”, comenta Sanmartín.
Ya sea por necesidad o por hacer feliz a un niño, Los Rosales avanza hacia su tercera década convertido en un barrio con conciencia, orgullo y sentido social.