La parroquia de San Antonio, en la avenida de Finisterre, contó este martes con un invitado de lujo. Un puesto de rosquillas, hojaldres y melindres artesanos captaba la atención de los viandantes. Su instalación, con motivo de la festividad de San Antonio de Padua, no es una novedad. Álvaro lleva quince años acudiendo a esta cita, que en esta ocasión ha estado acompañada por el buen tiempo, por lo que toda la jornada ha sido de intensa actividad.
Hasta la avenida de Finisterre se acercaron fieles que acudían a la parroquia, pero ante las rosquillas de Álvaro sucumbían muchos peatones que pasaban por allí. Este comerciante se mueve por toda la provincia de A Coruña durante todo el año vendiendo sus productos artesanales y ya tiene fecha para su próxima visita en la ciudad: la romería de Santa Margarita.
Esta conmemoración fue objeto de una programación especial en la parroquia, así como en la Iglesia de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que celebró dos misas –una a las 12.00 y otra a las 20.00 horas–, además de la bendición y reparto de los panecillos del santo. Esta festividad es muy celebrada en Galicia, tanto en las parroquias y algunos municipios donde es festivo, como en la sociedad, debido a la cantidad de gallegos que se llaman Antonio o Antón.