Tan inseparable de los Cantones como los jardines de Méndez Núñez o el Kiosko Alfonso, el edificio del Banco Pastor lleva casi cien años ocupando un lugar clave en pleno corazón de la geografía coruñesa. Un inmueble que, bajo el paraguas de la nueva edición de la Semana de la Arquitectura, que se celebra durante estos días, pudieron visitar de forma guiada ayer junto a varios expertos unas 40 personas, aprendiendo así sobre uno de los edificios más icónicos de la ciudad.

La visita guiada, a cargo de los arquitectos José Ramón Alonso Pereira, Pablo Castro y María Crecente, mostró a los visitantes las maravillas de un edificio cuya obra se terminó en 1925 y que se convirtió en el más alto de España hasta 1929. En su discurso inicial, Alonso Pereira resaltó ante el grupo de visitantes la doble importancia de la singular construcción: por un lado, por su relevante papel histórico, siendo como fue sede durante tantos años de una de las bancas locales más potentes, además de albergar numerosas viviendas; y por el otro, por sus propios valores arquitectónicos, que lo convierten en “uno de los principales edificios de A Coruña” .

Un “alarde simbólico”

El propio Alonso Pereira explicó que “en su momento fue el primer rascacielos de A Coruña”. “¿Y qué pretende ser un rascacielos, sobre todo en esa época? Un alarde. Es un alarde simbólico”, explicó. Y como tal, sus promotores, Ricardo Rodríguez Pastor y Pedro Barrié de la Maza, dueños de la entidad bancaria, no escatimaron en gastos.

Así, “buscaron a los mejores profesionales de la época” para conformar una construcción, a cargo de Antonio Tenreiro, Peregrín Estellés y Emilio Moya, que emulase el estilo de la escuela de Chicago, pero “con un toque  muy inglés”: “Al estilo de los bancos británicos, los clientes ocupaban el patio central del banco, con los trabajadores distribuyéndose en círculo a su alrededor”. A su vez, también para el apartado artístico se trató de trabajar con “los mejores”. De este modo, las vidrieras se las encargaron al vasco Luis Verdunchi, mientras que los mosaicos corrieron a cargo del italiano Mario Maragliano.

Los visitantes vieron las maravillas arquitectónicas y artísticas del edificio, en su momento el más alto de España

El recorrido guio a los visitantes por las diversas estancias del edificio, como una de las cámaras acorazadas o varios de los lugares de reunión y despachos. También vieron la vivienda que Pedro Barrié de la Maza y su esposa, la condesa de Fenosa, tenían en el edificio. Si bien esta estancia se reformó casi al completo, todavía queda una habitación, el baño, que apenas se tocó en la obra general de reforma que se hizo a partir de 2019.

La visita culminó en un pequeño museo, todavía en progreso de elaboración, en el que hay expuestas herramientas como cajas registradoras, máquinas de prensado o las míticas huchas verdes del Pastor que se usaron en el edificio. La Semana de la Arquitectura continúa hasta el domingo con visitas a otros edificios históricos de la ciudad como la Torre de Hércules, para las que ya están agotadas las plazas. l