La noche pareció no solamente confundir sino también convertir en salvajes a quienes descargaron su adrenalina con la señalización vial de la calle de los Donantes de Sangre. Cuando los comerciantes y hosteleros se disponían a comenzar la jornada descubrieron cómo la indicación que marca la condición de calle sin salida estaba dada de sí y en un escorzo imposible, mientras que los contenedores de al lado se presentaban el desordenado aspecto de los últimos meses, con el que ya han aprendido a convivir.
El cruce entre las calles de Menéndez Pelayo y la propia Donantes de Sangre asume todos los residuos y elementos para reciclar de la actividad comercial de la zona, por lo que su capacidad se ve desbordada prácticamente a diario.
No obstante, varios hosteleros denuncian cierta sensación de intranquilidad por los recientes incidentes en el entorno de San Pablo y también por los malos modos de quienes transitan entre la zona de marcha de la plaza de Vigo y la del centro.