Magistrado del Tribunal Supremo desde 2019, presidente de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación y antiguo profesor asociado en la Universidad de A Coruña, José Luis Seoane Spiegelberg (A Coruña, 1957) está considerado como una de las principales autoridades en materia de Derecho en Galicia. Ahora, a estas distinciones se añade una más. Y es que Seoane Spiegelberg acaba de ingresar como nuevo miembro del Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses. En su discurso inaugural, el magistrado abordó el contexto económico y social de A Coruña en el siglo XVIII.
¿Qué significa para usted haber ingresado en esta institución?
Para mí es un honor, porque soy de A Coruña, he vivido aquí y he ejercido mi actividad profesional en esta ciudad durante 29 años, desde 1990 a 2019.
¿Por qué eligió el siglo XVIII para su disertación?
Es el siglo de la Ilustración, que supone el establecimiento de un nuevo paradigma: el del hombre racional frente al del hombre valeroso del siglo XVII y el hombre romántico del siglo XIX. Los ilustrados pretendieron instaurar un programa de reformas de la sociedad para luchar contra la ignorancia, la superstición y los prejuicios a fin de doblegarlos en el crisol de la razón. También predomina en esta época un gran humanitarismo que pretendía luchar contra los excesos de la justicia penal del Antiguo Régimen, en la que predominaba el sistema inquisitivo encaminado a la consecución de un reo convicto, en el sentido de convencido de su responsabilidad y confeso, que así lo declararase. El problema era que para la obtención de esa confesión se utilizaba la práctica del tormento, los ilustrados lucharon contra la tortura pretendiendo su abolición. También buscaron la difusión del conocimiento bajo la honesta consideración de que la educación hace al hombre. Se desarrollan las llamadas ciencias útiles como la agricultura, pero también las matemáticas, la astronomía o la física.
¿Cuál era la situación de la mujer en aquella época?
Solo sabían leer y escribir entre el 0,5 y el 10% de las mujeres. De estas, la inmensa mayoría se encontraban entre las clases más acomodadas de la sociedad y en los conventos. A la mujer que sabía leer y escribir se la calificaba con el término peyorativo de ‘bachillera’. La Ilustración empezó a cambiar la consideración social que se tenía de las mujeres para que paulatinamente se integraran en la sociedad.
¿Cómo se vivió la Ilustración en A Coruña?
Fruto de las ideas ilustradas se instauraron en Galicia las sociedades económicas del país con finalidades culturales. Una se crea en Santiago y la otra en Lugo. Aquí en A Coruña tenemos la Academia de Agricultura y el Consulado del Mar. En el siglo XVIII A Coruña era un burgo de comerciantes y marineros, pero la base de la población se vio enriquecida por la instauración de la Audiencia del Reino de Galicia, la Capitanía General y la Intendencia General del Estado. En esta época A Coruña tiene, según el censo efectuado por el conde Floridablanca, 13.545 habitantes y es la tercera ciudad más importante de Galicia en cuanto a población. Solo la superaban Ferrol, con 25.000 habitantes, y Santiago, con más de 15.000. En la ciudad se realizaron importantes obras, como las Casas Paredes, promovidas por un capitán general e ingeniero militar, Pedro Martín Cermeño y García de Paredes, uno de los grandes remodeladores urbanísticos de A Coruña. Además, se construyen en esta época la Casa de Aduanas, donde se encuentra ahora la subdelegación del Gobierno, la Casa de la Veeduría o la Casa Cornide. La Torre de Hércules también sufrió una remodelación muy importante gracias a un arquitecto, Gianini, que siguió las instrucciones de José Cornide. Cornide. Otro hito importante fue la creación del Colegio de Abogados en 1761. En esa época estaban censados en la
ciudad 32 letrados.
¿Cuál fue la figura ilustrada más destacada de A Coruña?
Sin duda, José Cornide, que es a quien se debe el nombre del instituto. Fue un polígrafo, un hombre ilustrado que conocía perfectamente las lenguas antiguas y el francés. Era de formación autodidacta y su padre fue el primer decano del Colegio de Abogados de A Coruña. Posteriormente se trasladó a Madrid, donde fue elegido académico de la Academia de Historia. Puede decirse que fue el coruñés más notorio de la Ilustración.