Sidonie encara el final de gira y de la etapa de ‘Marc, Axel y Jes’, su último disco. El 24 arribarán a A Coruña, una parada que ya casi pueden considerar hogar, para presentarse ante su “familia”, tal y como los define Marc Ros, esta vez en la sala Pelícano.
Una de las últimas fechas de la gira, ¿qué se puede esperar el público?
Es el cierre de una gira y una bonita despedida de lo que han sido un par de años muy bonitos para nosotros a la hora de presentar este disco, en los que han pasado muchas cosas y que da lugar a un nuevo disco, que va a ser enteramente en catalán. Es importante por esos motivos, no es un concierto más en A Coruña, que hemos tocado muchas veces, sino que es como una despedida, o un hasta pronto. Esa es la sensación que yo tengo.
Precisamente, son habituales en nuestra ciudad, donde han tocado prácticamente en todos sus espacios, ¿qué significa A Coruña para Sidonie?
Al principio, eso nos sorprendió. Siendo nosotros de Barcelona, nos maravillaba que en esa otra punta de la Península, en A Coruña, nos quisieran ver y escuchar. Aún sigo maravillado de que eso suceda a día de hoy, no me deja de sorprender, aunque tenga 50 años y mi banda 27: ¿Por qué A Coruña más que en otros sitios? Porque es así, por números, es que tenemos más público en A Coruña que en otras ciudades. No sé, estarán las vibraciones en el aire o estará también en unos gustos musicales o influencias compartidas. Estoy pensando ahora, por ejemplo, siendo Xoel (López) de ahí, estando el Bristol ahí, que es como un amplificador de la música que yo amo... Podría ser que eso tuviéramos en común.
No es normal que habiendo cumplido los 40 se te haga caso y que el grupo siga haciendo discos de calidad. Seguimos arriesgando y jugando, ilusionados
¿Guardan algún recuerdo especial de esas muchas visitas?
Antes te citaba el Bristol, tenemos muy buena relación con Mery. Para nosotros es como estar en familia. Siempre que vamos a A Coruña nos vemos con ellos. Te sientes como si tuvieras una familia gallega, que en realidad ya la tenemos, porque la madre de Jesús, el bajista, es gallega. Pero sí, tener esa nueva familia gallega te hace sentir querido.
Además, uno de los tres es ávido lector de Rosalía y Pardo Bazán.
Yo mismo. Sí, sí, servidor. Me gusta mucho leer, es una actividad central que hago cada día y me lleva a otros mundos, a relajarme y a tener más calidad de vida. Entre otras lecturas, pues están mis escritoras gallegas, como Rosalía o Emilia Pardo Bazán, que me encantan. Tenemos ahí un tesoro.
Volviendo a la gira, y mirando el disco con perspectiva, ¿cómo han sido estos dos años de tour?
Es muy raro que una banda como nosotros, que vive tanto tiempo, siga atrayendo esa cantidad de gente. Vamos viendo a las nuevas generaciones, a las nuevas bandas, los nuevos hypes, y vamos viendo que mucha gente está prestando atención a esas bandas. Pero que te la dediquen a ti, a eso me parece, no sé, una triunfada total, porque no es normal que habiendo cumplido los 40 se te haga caso y que el grupo siga haciendo discos de calidad. Seguimos arriesgando y jugando, el próximo, como te decía, va a ser en catalán. No dejamos de estar inquietos, ilusionados con cada trabajo, y la gente nos hace caso, que esto es lo más raro, porque no suele pasar.
Leía recientemente que hablaban del miedo y de los nervios al publicar un nuevo disco, por el cómo lo recibirá el público, ¿aumentan esos nervios con el próximo salto al catalán?
Yo me pongo nervioso antes de salir a un concierto, en el camerino estoy supernervioso, me pongo nervioso antes de hacer una entrevista, me pongo nervioso antes de sacar un disco... Es verdad, y te lo reconozco, que en este, como damos un salto un poco más allá, me pongo un poco más nervioso, si cabe, porque cambiamos de idioma. Pero estoy convencido de que son tan buenas canciones en ese disco, que si hay gente que escuche por idiomas y se salta este de Sidonie, pues mala suerte, pero no es lo que me preocupa ahora mismo. Confío bastante en el criterio de nuestros fans, que me parece que no escuchan por idiomas, sino por melodías.